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NIP 4/08/2018 (Crónica). La calle Sucre de Yacuiba, atestigua mis pasos desde las vías del tren hasta el borde del cerro, Yacuiba ya no es la misma, ni su tejido social. Cuatro décadas después, se transformó en ciudad y con ello perdió espontaneidad, cohesión y camaradería inclusiva. Las reservas y explotación de hidrocarburos le cambiaron el rostro, hubo aciertos y errores, conquistas regionales y enfrentamientos, festivales, sonrisas y otros, pero también polarización y encono.
Sigo caminando, pocas casas de antaño entre ellas, la 257 donde nací –literal- un viernes de mayo, antes no veníamos al mundo en hospitales. Las personas pudientes cruzaban la frontera, mi padre no, venia de trabajar (como obrero) en los Talleres de la Comisión Mixta Argentino-Boliviana, conformamos una familia modesta como la mayoría de los pioneros de los años 50 y 60 del siglo pasado.
Nacer, crecer y ocupar un lugar entre numerosos hermanos, jugar con amigos por calles arenosas, plazas, pajonales, chacras y senderos de cerros, era natural, llano y franco.
Al pasar -ensimismado- por el colegio donde inicié mi adolescencia encuentro registros de promociones de antaño, encontré mi nombre en una placa, el lugar resiste el conjuro del olvido, sigo recorriendo calles adyacentes, entonces escucho el sonido de coyuyos, chicharras, aves, características del Chaco, en el barrio vecino observo a niños jugando en la orilla del cerro gritando, aplaudiendo, sonriendo. Sin saberlo son los ojos y latidos del paisaje chaqueño.
En mi infancia recuerdo a Juan (hermano mayor) cuando los fines de semana en caminos paralelos a las vías del tren íbamos a pescar a arroyos colindantes o si no resultaba, a cazar galleretas o lo que se pudiera ¿cómo? Juan tomaba, sin que lo notara mi padre un rifle calibre 22 con mira telescópica, y yo con onda al cuello y naranjas en alforja, iba detrás de él horas y horas. La lúdica travesía duraba desde la mañana hasta el atardecer, a veces con suerte, otras no, pero nadie nos quitaba el sabor de compartir aventuras. Meses después se le ocurrió desarmar el rifle y ya no pudo componerlo (je,je, una parte quedo en bolsitas). Mucho tiempo tardo mi padre en darse cuenta, hasta que Juan marchó al Cuartel (Ejército) y no se volvió a hablar del asunto.
Entonces vuelvo a ser feliz estos instantes, a acariciar la piel de la memoria después de recorrer decena y media de países en distintas circunstancias y tiempos. Una vuelta atrás, al pasado como futuro. Vivimos en la medida que nuestras facultades pueden ser desarrolladas y en ello consiste la libertad de congruencia –amor y nostalgia incluida- . La felicidad no es algo superfluo, tampoco un lujo, debe ser una función vital y necesaria.
Así pues, continúa el destino blandiendo su martillo en agosto, mientras cumplen un aniversario más el Chaco y Bolivia, luego septiembre y mis pasos llegan solos a nutrirse del brío y verde horizonte, siempre ante la mirada hospitalaria y expectante del cerro Pila.
Finalmente comparto un micro relato escrito en agosto de 2016 y titulado VERDEAZULADO “PILA”
Cuando la luz del verdeazulado cerro se despeña por pendientes abruptas y nostalgias desnudas.
Acarician al pueblo atardeceres intensos, lánguidos entre arados de viento y perennes gestos de selvarenas.
Ese albor que te busca en secreto,caminante. Se refleja en tus ojos, reconstruyendo: Infancia, senderos, silencios, costumbres, sueños y de a poco, recupera.
Recupera la piel de tu origen suresteño. Ese resplandor también alumbra latidos primigenios, extintos, puros.
Y transterrados pasos, que van dejando puntos suspensivos…para volver al íntimo Chaco. Aún bajo la cejijunta mirada de Cronos.
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Cerro “Pila”. Vigilante natural de vegetación intensa. La ciudad de Yacuiba (capital del Gran Chaco) se encuentra a las faldas de dicho cerro. Junto a El “Pico” otra montaña aún más alta y “La Cruz” (donde existe un mirador de la ciudad), son lugares de atracción turística en la actualidad.
Yacuiba. Es una ciudad del sureste de Bolivia (125,000 habitantes, aprox.), departamento de Tarija. Capital de la provincia Gran Chaco. Ubicada a 3 kilómetros de la República Argentina, a orillas (extremidad sur) de la Serranía del Aguaragüe.
Chaco, la zona fronteriza en sus zonas más extensas comprende a tres países Argentina, Bolivia y Paraguay, mientras que el Chaco boliviano se encuentra en tres departamentos (Tarija, Santa Cruz y Chuquisaca), al sureste del Estado Plurinacional de Bolivia, corazón de Sudamérica.
(*) Periodista (Escuela de periodismo Carlos Septién García) y Economista (Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Azcapotzalco)
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