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EL HORROR ECONÓMICO, ENSAYO QUE SE ADELANTA A LA REALIDAD. Por Jorge Gallo García (*)

Fidel Flores by Fidel Flores
diciembre 11, 2021
in Artículos de Opinión, Prensa en General
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• Precariedad y bajos sueldos, actualidad laboral
• El discurso desmotiva y relega al conformismo

“El neoliberalismo no es una teoría del desarrollo, el neoliberalismo es la doctrina del saqueo total de nuestros pueblos”.
Fidel Castro, presidente de Cuba

———- O ———-
Considerado como un ensayo futurista, que se adelantó a los hechos, El horror económico, da una visión de los tiempos que se avecinaban en ese ya lejano 1996, que fue el año en que se publicó. Su autora, Viviane Forrester, de origen francés y con un amplio acervo de ensayos donde critica a la globalización y al Nuevo Orden Mundial, que comenzó a configurarse tras la caída de la Unión Soviética y ante la crisis de los países que siguieron con el sistema socialista, ante el derrumbe de quien encabezaba el llamado bloque de hierro.

En este trabajo, la autora tiene como eje principal el desempleo al que se enfrentará el trabajador en décadas futuras, lo cual le acarreó diversas críticas, de voces que veían al sistema de mercado como el único sistema, capaz de unificar los valores occidentales en torno a la llamada “mano invisible”, del mercado, que todo lo resuelve y lo pone en su justa dimensión.
Sin embargo, el fondo del ensayo va más allá de lo económico, y se enfoca en el discurso que llevará el capitalismo, para convencer al individuo que el mercado no falla, que brinda las oportunidades que cada quien se forja y se merece, y que es el individuo quien la erra, quien no es capaz de adaptarse a la competencia, a la aldea global, y al individualismo como parte de la sana competencia, que obliga a que sólo el más apto sobreviva de forma que su trabajo y sus capacidades le den los bienes materiales que brindan comodidad, estatus y toda la parafernalia que el dinero y el éxito dan.
En este punto, la autora menciona una verdad que hoy está más vigente que nunca; los grandes capitales están por encima de los Estados nacionales, las grandes corporaciones multinacionales son quienes mueven las piezas para garantizar que sus intereses prevalezcan sobre el interés común, pero de una forma perversa, pues si en el sigo XIX y parte del XX, el dominio de los grandes capitales se daba por medio de las armas y con el apoyo a gobiernos títeres, hoy, el dominio se da en lo ideológico, en un mensaje masivo, repetido por varios medios, para convencer al individuo, que es él, quien no tiene las capacidades para insertarse en este sistema que garantiza un juego parejo, donde el apto es quien sobresale.
El trabajo que presenta una lectura ágil, va hilvanando varios puntos que desnudan al neoliberalismo y la situación precaria que viven los trabajadores de prácticamente todo el llamado “mundo libre”, la precariedad laboral, la falta de oportunidades y la necesidad que tienen los trabajadores a aceptar un empleo que no le gusta, para el que no está calificado, pero que es la única opción que tiene para sobrevivir e ir “pasando la situación”, con la esperanza de conseguir otro empleo mejor pagado y con mejores expectativas, sin embargo esa ilusión pasa, hasta convertirse en resignación y falta de esperanza en el futuro.
El trabajador conoce que sus padres, quienes consiguieron empleo en el pasado reciente, tuvieron prestaciones superiores a la ley, salarios que alcanzaban para mantenerse en la clase media, y que no estaban tan capacitados como los trabajadores actuales, quienes ya no tienen acceso a ese tipo de empleos, pues simplemente las condiciones laborales ya no los ofrecen.
Entonces la situación pasa de un aspecto social al de las emociones; la persona se deprime, se cansa de buscar empleo, se siente inútil, y el discurso en los medios de comunicación refuerzan este panorama; en la TV se destacan los logros de los empresarios jóvenes, y en el lenguaje de hoy, la vida de los “influencers”, los éxitos de deportistas, cantantes y otros personajes que “triunfan” gracias a sus talentos, a su ingenio y a su inteligencia, sin embargo, no se refleja la realidad que margina a una gran masa, que no cuenta con las mismas oportunidades y que, aunque tenga estudios, éstos no le garantizan el ascenso social.

De esta manera, el individuo tiene dos opciones, la primera es aceptar el empleo que le ofrecen, con salarios bajos, pocas prestaciones e inestabilidad laboral, y la otra es trabajar en la informalidad, al subempleo, por su cuenta, sin la certeza de contar con ingresos fijos, y en la mayoría de las veces, viviendo al día.
Forrester explica que la globalización, también es la “globalización de la pobreza”, de la precariedad laboral, de la explotación, que ya no sólo es una característica de los países pobres y subdesarrollados, sino que este flagelo también se ve en países desarrollados, como Francia, Inglaterra y Estados Unidos.
En el caso de México, se puede ver que la brecha entre pobres y ricos cada vez es más grande; si antes, el 80 por ciento de la riqueza se concentraba en el 10 por ciento de la población, hoy, pasó al 90 por ciento de la riqueza, pero las manos en las que queda es menor, sólo el 5 por ciento, es decir, los ricos cada vez se hacen más ricos, y los pobres cada vez más pobres.

Hoy vemos las caravanas de migrantes queriendo llegar a Estados Unidos, pero en realidad, ya no existe el llamado “sueño americano”, pues el migrante que pueda llegar al norte, seguirá siendo miserable, seguirá siendo explotado, seguirá viviendo con miedo a quedarse sin trabajo a ser deportado, pero detrás de él, habrá millones decididos a dejar sus países, y a migrar y a repetir ese círculo vicioso.
Finalmente, el ensayo menciona algo que también podemos ver en la actualidad, que es el desplazamiento de la mano de obra humana por las máquinas, por las aplicaciones, por los programas de computadora, entonces el trabajador tiene una presión adicional, que además de los otros buscadores de empleo, ahora tiene como competencia a la tecnología.
Estos ejércitos de desempleados, están dispuestos a tomar el empleo que le ofrezcan, con tal de tener un poco de dinero para sobrevivir, y de esta forma, continuar con el círculo vicioso, y seguir con el status quo, hasta que haya otro modelo económico y social que brinde una visión diferente.

———- O ———-
(*)
Docente e investigador

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