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El proceso de cambio comienza entendiendo una sociedad cargada de ciudadanos pobres, quienes quieren salir de la pobreza, buscando una buena administración política, social y económica, que encuentra en el proceso el mismo vicio y corrupción que en cualquier otro gobierno, pero multiplicado.
Apelamos, como trasfondo, o como parte de él, a una crítica de la sociedad, en dos depresiones, la vieja práctica de la vida en su médula y la corrupción de la vida en su término, asumiendo que la primera traslada o mantiene a la segunda. En realidad el proceso de cambio no sabe lo que va buscando, quiere cambiar, pero todo genuino cambio asume una búsqueda, en conseguir y a veces conservar, una meta, un fin una sociedad de prosperidad a partir del crecimiento económico sostenible donde sí los recursos se cuadriplicaron el bienestar de los ciudadanos en la misma proporción debería ser o por lo menos acercarse a esto, y es eso lo que le falta al proceso de cambio, o se percibe como tal, al carecer de un sentido posterior, de una meta, quizá de ahí su andar en lo mítico, es que el fin reside en formar parte de algo importante, algo en lo que establezcamos, aunque sea efímero.
Hay, por un lado, que diferenciar entre dos momentos, el trascurso y la derivación de tal proceso el fin buscado, la meta, así mismo hemos de ver las extensiones objetivas y subjetivas de ambos momentos. En este carácter ciudadanos pobres, pertenecerían al momento del proceso y la meta al momento del resultado, situándose constantemente en el peso de la dimensión objetiva de la meta especifica; sin embargo, el peso se traslada a la dimensión subjetiva de un nuevo proceso subsidiario de un fin más indeterminado, que sea menos inconfundible, al fin objetivo, real, no obstante, parte del peso sea asimismo situado en el espacio subjetivo del fin, pues lo significativo es lo importante para el ciudadano. Ésta, es una organización característica de las ilustraciones referentes a las historias con conclusión fracasada, esas en la que no se alcanzan el objetivo, lo importante es comprender, cómo ciudadanos inmersos en la pobreza han buscado salir de ella por lo tanto eso es lo más importante, la pobreza, es el camino, aún sigo creyendo en que podemos tener una sociedad de bienestar, pero ahora sé que no es algo concreto, sino cómo te sientes cuando tienes parte de algo importante. Por otro lado en este proceso ha existido una constante tensión entre las transformaciones que sufre la sociedad y las interpretaciones subjetivas que el gobernante le otorga a tales transformaciones.
Así pues es, la sociedad de bienestar el fin de la búsqueda del ciudadano pobre, y la conversión de un proceso de cambio, en definitiva ésta búsqueda es una contingencia. A este fin se le proporciona un tipo de gobierno, el cual plantea a partir del proceso de cambio, la situación de bienestar, pero esto se sale de la rutina para poder llegar a la sociedad de bienestar, sorteando la insuficiencia hospitalaria, educativa, institucionalidad debilitada irrespeto por las libertades individuales, excesiva consecuencia con un determinado sector social, menosprecio a las minorías, y el alto índice de inseguridad.
Tras esto, los buscadores de la sociedad de bienestar llegan a incorporarse al proceso de cambio, ciudadanos habidos de un paraíso, donde supuestamente todo es paz y buen eje. Sin embargo tendrán que superar las ironías iniciales a la aceptación, después de lo cual les llevarán a la sociedad de bienestar. Es menester comprender cuán importante es el paralelismo existente entre la paz y lo límpido de los gobernantes con la calma que se respira en la comunidad, el enturbiamiento de las aguas por la conducta contraria al respeto, es signo precedente del desplome de la felicidad, la sociedad de bienestar y la ruptura de la paz.
(*) Comunicadora Social y Abogada
Publicado 15/12/13 en Santa Cruz/Bolivia
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