Publicación Editada por Hodgson y Burque Psicólogos.
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Recuerdo cuando era adolescente y me ponía a discutir (al mejor estilo de un adolescente) con mi padre argumentando con seguridad y chulería juvenil de cosas que no tenía ni idea. Después de varios intentos mi padre, frustrado de que yo fuese incapaz de escuchar ni de cambiar de idea, siempre acababa diciéndome una frase que siempre recuerdo: «La ignorancia es muy atrevida».
Esta frase que parece una plantilla muy de padre es un sesgo cognitivo como una casa. A lo largo de la historia el ser humano ha intentado explicar cómo es posible que cuanto menos sepa una persona más se cree que sabe. Desde Sócrates hasta Einstein, de Darwin a Aristóteles. Pero fue en 1999 cuando tras muchos estudios se confirmó cómo un sesgo cognitivo y fue llamado efecto Dunning-Kruger (fue demostrado por David Dunning y Justin Kruger en la Universidad de Cornell)
También conocido como síndrome de la superioridad ilusoria, el sesgo de Dunning-Kruger es un «error del software» de nuestro cerebro según el cual las personas con menos conocimientos tienden a sobreestimar sus ideas, cualidades y postulados. Llegando incluso a pensar que saben más que aquellos especialistas o académicos en el tema.
Las personas con este sesgo llegan a vivir bajo un efecto de superioridad muy nocivo al pensar que sus ideas son las únicas que valen. Además consideran que sus aptitudes y su inteligencia son mucho mayores que lo que realmente son. No tienen pensamiento crítico, no escuchan y caen en visiones intolerantes, egocéntricas y dogmáticas
Las consecuencias aquí son claras, la gente incompetente o ignorante que cae en este sesgo sufre un doble golpe: No sólo llegan a conclusiones erróneas y toman decisiones desafortunadas, sino que su incompetencia les impide darse cuenta de ello. Un efecto dominó que acaba perpetuando su mediocridad y su visión sesgada de las cosas
Vivimos en un mundo en donde las consecuencias nefastas de esta anomia aparece con más frecuencia. Internet nos ofrece más información que nunca en la historia pero paradójicamente cada vez se ve un apoyo mayor a ideas ignorantes, estúpidas y sin confirmar.
Internet y las redes sociales nos activan dicho sesgo una y otra vez, incluso cientos de veces a lo largo de un día. Leemos afirmaciones sin confirmar, noticias falsas y teorías alarmantes y vamos poco cayendo en la idea que sabemos más que nadie sin tener ni idea de nada (sólo hay que leer los comentarios de las noticias, tuits o posts)
Este sesgo nos distorsiona de tal manera que se acaba priorizando la ignorancia. Provoca que sean los ignorantes quienes señalen y acusen pidiendo pruebas en contra de sus teorías en vez de ser ellos quienes los ofrezcan. Lo hacen tan convencidos que no escuchan y llegan a ser muy agresivos e intolerantes.
Así si alguien piensa que el ser humano nunca llegó a la luna te pedirá que seas tú quien lo rebata en vez de ser ellos quienes lo confirmen. Y cada vez que aportes una crítica volverá a realizar lo mismo en una espiral absurda en donde acabarás teniendo que explicar todas las leyes matemáticas realizadas para llegar a la luna, el origen de la física y el origen espaciotemporal del universo. Y aún así nunca le valdrá nada y volverá a preguntarte que seas tú qué lo confirme (muy ayudado por cierto de otro sesgo, el sesgo de confirmación). Finalmente el conocimiento es cada vez más acorralado y relegado a un segundo plano. Este sesgo lo distorsiona todo y a esa persona no le importa que la NASA te de 56876 razones lógicas y demostradas de que el hombre llegó a la luna. Él sabe más y punto.
La sociedad actual sufre una pandemia cada vez mayor de este síndrome de la superioridad ilusoria y las consecuencias son muy evidentes: el aumento del pseudoescepticismo, de las conspiranoias, del negacionismo, de la postverdad, entre otros…y lo más inquietante de todo: el auge de los radicalismos basándose en ideas simplistas e irracionales que se apoyan constantemente en tal sesgo. Por eso es fundamental (como nunca antes) ser conscientes de sesgos/manipulaciones que tanto daño nos hacen y a la vez tener mucho pensamiento crítico.
FUENTE: https://jaimeburque.com/blog/el-sindrome-de-superioridad-ilusoria-o-como-internet-nos-esta-haciendo-cada-vez-mas-ignorantes-e-intolerantes/
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Otro ángulo: ¿QUÉ ES EL SÍNDROME DE SUPERIORIDAD ILUSORIA?
México.- No importa cuál sea tu nivel de educación, salario o capacitación, siempre podrás aprender de cualquier persona, incluso de la que consideras “inferior”. La ignorancia humana es un tema de estudio bastante extendido, desde Sócrates hasta Darwin han intentado explicar por qué las personas más ignorantes se sienten superiores a los demás. Casi siempre, la respuesta a la estupidez es una carencia interna.
Una teoría ampliamente aceptada es el efecto Dunning-Kruger, diseñado por David Dunning y Justin Kruger y destramado en la Universidad de Cornell. Este efecto caracteriza un trastorno cognitivo en el que las personas que ignoran un tema determinado creen que saben más que aquellos que son estudiados y experimentados sin reconocerlo.
Es decir, estas personas viven bajo un efecto de superioridad delirante, creen que lo saben todo y tienen una respuesta que por lo general carece de valor para cualquier cosa. Como dice el artículo de 1999 de Dunning y Kruger:
“Las personas incompetentes a menudo son bendecidas con una confianza inadecuada, asegurada por algo que les parece conocimiento”.
Es así como las personas que padecen este síndrome están seguras de que su inteligencia y sus habilidades son superiores a la media, o al menos, son extremadamente buenos en lo que hacen, cuando la verdad es que pueden ser bastante mediocres. Es precisamente la ceguera de creer que ya lo saben todo lo que les impide aprender desde cero y ganar realmente conocimiento.
Pero esta mala percepción no solo les afecta a sí mismos, sino también a quienes les rodea. Las personas con el efecto Dunning-Kruger no pueden reconocer el potencial en los demás y a menudo son los críticos más afilados (a pesar de que ellos son realmente mediocres). De esta manera, el síndrome está caracterizado por un egoísmo exacerbado.
Probablemente, mientras lees estas líneas estás recordando a una o más personas que has conocido y que parecen estar pintadas en estas letras. Pero hoy puedes ver con más claridad que estas personas están atrapadas en su propia ignorancia. No pueden, ni tampoco quieren, entender que no son superiores y que incluso su presunto conocimiento es solo paja mental, hojarasca, basura.
A estas personas las encontrarás dando clases de cómo deben hacerse las cosas en el área que dice conocer al dedillo. Pueden llegar a ser bastante desagradables pues tienen el tupé (atrevimiento/desfachatez) de sentarse a debatir con académicos y expertos en un ámbito del que evidentemente no saben nada.
Para aprender es necesario dialogar, y más importante aún escuchar. Una persona con el efecto Dunning-Kruger o en general una persona que no puede escuchar, está incapacitada para aprender.
El sociólogo de origen polaco Zygmunt Bauman señala en una de sus últimas entrevistas que “el diálogo real no es hablar con gente que piensa lo mismo que tú”. En ese orden, es necesario pensar que a casi nadie le gusta dialogar, pero hay personas que en definitiva están predispuestas a no hacerlo. De esa manera, no aprenden, no crecen, no son realmente buenos en nada.
FUENTE: https://www.colimanoticias.com/que-es-el-sindrome-de-superioridad-ilusoria/
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