Sheinbaum y Godoy no sólo en entredicho, sino en riesgo.
El abogado Javier Coello Trejo, desmiente la versión oficial
¿Se pagará la recompensa de 5 millones de pesos?
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Las implicaciones políticas que sobre el proceso que se le seguirá a la dueña del Colegio Rébsamen, Mónica García Villegas, podrían llevar al descrédito total tanto a la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, así como a la procuradora capitalina Ernestina Godoy, de comprobarse que no se trató del cumplimiento de una orden de aprehensión, sino de una negociación.
Esto es así, porque el abogado Javier Coello Trejo afirmó a diversos medios que él recibió una llamada telefónica de la profesora García Villegas, informándole que estaba en la sede del Gobierno capitalino y se había entregado a las autoridades, precisamente ante la presencia de Rosa Isela Rodríguez, secretaria de Gobierno y otros funcionarios, entre los que podría haber estado la propia titular de la PGJCDMX.
Lo anterior, podría inclusive sumir en una crisis política y de credibilidad al sistema de procuración de justicia de la Ciudad de México, porque de confirmarse la versión del entonces defensor de la profesora, se vendría abajo la versión oficial respecto a que gracias a una denuncia ciudadana se pudo ubicar a la ahora propietaria del plantel escolar en donde por desgracia perdieron la vida 24 personas durante el sismo de septiembre de 2017.
Afirmo esto, porque entonces se denotaría que se continúa con aquellas prácticas del “montaje”, como ocurrió con el caso de Florence Casez, la ciudadana francesa que fue liberada, sin dar oportunidad de determinar su responsabilidad o su inocencia en los hechos que se imputaron.
Resulta grave que el defensor desmienta la versión oficial, porque ello despierta interrogantes que inquietan:
¿Si la profesora se entregó a las autoridades en las instalaciones en la sede del Poder Ejecutivo local, por qué lo hizo ante la secretaria Rosa Isela Rodríguez?
¿Por qué se informó que se trató del cumplimiento de una orden de aprehensión en un restaurante de Tlalpan, si lo dicho por el entonces defensor de la imputada afirma que se entregó?
¿Por qué si estaba en el GCDMX no se le puso a disposición del juez de control en forma inmediata como estatuye el Código Nacional de Procedimientos Penales?
¿Por qué después de la conferencia de prensa de la procuradora Ernestina Godoy renunció a su cargo de defensor Javier Coello Trejo?
¿Por qué éste dio a conocer a diversos medios que recibió una llamada en donde la propia profesora le informó que se acababa de entregar?
¿Por qué el defensor inclusive retó la versión de la Procuraduría capitalina, al señalar que si se dudaba de sus palabras podría solicitarse su registro de llamadas para acreditar su dicho?
En su caso, ¿por qué aceptó la secretaria de Gobierno realizar un montaje?
Absurdo pensar siquiera en que la jefa de Gobierno ignorara lo que ocurría en el edificio alterno al en que estaba ofreciendo una conferencia de prensa.
A partir de estas premisas, también podría determinarse que Coello Trejo, viejo conocedor del sistema de procuración de justicia, planeó toda una estrategia a fin de lograr que se violentara el debido proceso y se realizara un montaje como el de Florence, para así provocar que la profesora pueda obtener su libertad, al demostrar que las autoridades han cometido desde septiembre de 2017 varias acciones ilegales.
Cabría además cuestionar por qué Ciro Gómez Leyva envió un twit siendo las 10:59 de la mañana afirmando que la profesora se había entregado, siendo que Ernestina Godoy afirmó que la aprehensión se realizó al filo de las 11: 28 de la mañana.
Aunado a lo anterior, Javier Coello declaró que la carpeta de investigación en contra de su representada está plagada de falsedades y además hay mucho dinero de por medio a fin de inculpar a García Villegas y que tiene todos los elementos para demostrar lo anterior.
Se debe recordar -dicen sus biógrafos- que, desde niño, Javier Coello Trejo tuvo la mano dura Criado en la Villa de Guadalupe, de su natal Chiapas, golpeaba a sus compañeros de escuela para robarles sus tortas, dada su precoz corpulencia Cobijado por presidentes y procuradores, desmentía su fama de torturador: “me conozco: si toco a alguien, le parto la cara Aunque, claro, lo hago cuando me faltan al respeto, pero nada más”.
El llamado Fiscal de Hierro y ex subprocurador de Investigación y Lucha contra el Narcotráfico no sólo le partió la cara a más de un detenido —”¡rómpanles la madre!”, era su orden terminante, para aquéllos que caían en manos de sus “muchachos”— sino que fue acusado en diversos momentos de su carrera de fabricar delitos para justificar su trabajo, de violar las garantías individuales, de enriquecerse ilícitamente y de estar involucrado en el narcotráfico.
El reto que enfrentan las autoridades del Gobierno de la Ciudad de México, se antoja demasiado complicado, sobre todo si se considera que la propia Claudia Sheinbaum fue señalada como corresponsable de la pérdida de vidas en el Colegio Rébsamen.
De demostrarse la versión vertida por Javier Coello Trejo, ello dejaría en entredicho la actuación de procuración de justicia en la capital de la República e induciría a pensar que una negociación de este tipo se realizó para cubrir ciertos aspectos que afectarían políticamente a la titular del Ejecutivo local.
No se trata de un asunto menor, porque ello daría pauta a cuestionar la credibilidad sobre el combate a la corrupción que tanto se ha pregonado en el actual gobierno citadino.
¿Habrán medido las consecuencias de su actuar las autoridades? Conste que es pregunta.
(*) Periodista y abogado
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