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Ultimo día del año 2016, en un marco invernal y de temporada navideña, transitamos un México con sensación a crisis e inflación incontrolable que seguramente vendrá dentro de poco, por el aumento del precio de la gasolina. Y es que los hechos/acontecimientos de los últimos meses mostraron (contundentemente), la arrogancia de un sistema neoliberal indolente que fluctúa entre la simulación cínica y el agandalle (1) habitual.
El metabolismo del actual sistema económico muestra como naturaleza extrema, la ganancia sin control (dejar hacer, dejar pasar) por encima del bien común e interés nacional (soberanía incluida), es decir que unos pocos tengan mucho y las grandes mayorías vivan en condiciones precarias. Esto sumado a escenarios de corrupción y débil presencia del Estado en materia de seguridad y control del crimen organizado, da como resultado un país, cada vez más peligroso.
Simulación de una clase política que ya olvidó su firma en el Pacto por México, (madre/origen de todas las reformas). No recuerdan que urdieron una jugada parlamentaria donde el PAN aprobó la reforma petrolera (sin el voto del PRD) y el PRD aprobó la reforma hacendaria (sin el voto del PAN). Ahora la mayoría de ellos, a través de redes sociales difunden videos donde se dicen indignados y cercanos al pueblo. Ah!, y no solo mutilaron la Constitución, sino que olvidaron su función y propósitos fundamentales (allí todo esta escrito, pero no se lo aplica).
En este contexto, la generación que definirá el futuro próximo serán los “millenials” jóvenes entre 15 a 29 años que en 2018 (según el INEGI) serán 26 millones de ciudadanos, un segmento de aproximadamente 19 millones serán electores y de estos, 10 millones viven en el Estado de México, de dicha cantidad un 90 por ciento no tiene condiciones de educación, empleo, seguridad, ni esparcimiento. Así que probablemente ese sea el perfil que defina la elección en el Estado y luego en el país.
“Millenials” que a pesar que no vivieron crisis, devaluaciones y depreciaciones de alto impacto, tampoco han visto (en términos generales) crecimiento económico en su hogar a raíz de políticas macroeconómicas sanas, ordenadas e inclusivas. Este 2017 conocerán parte de dicho impacto, además del incremento de la exclusión, tercialización y desempleo (que se intensificará por trabajadores migrantes expulsados en el marco de la presidencia de D.Trump). Por tanto el ingreso diario de las familias se verá afectado generando mayor pobreza e informalidad. Los que aún tengan trabajos formales, deberán conservarlos a toda costa. La praxis neoliberal olvidó incentivos y estímulos al mercado interno con producción nacional y para ello contó con la complicidad y artillería mediática.
Para exhibir la simulación del discurso mediático, lejos del rigor periodístico, solo hace falta revisar desde enero hasta noviembre (antes de las elecciones norteamericanas) el contenido de columnas, artículos y noticias sesgadas, de programas, publicidad encubierta y entrevistas a modo. Estos mismos “periodistas” y “comunicadores” ya cambiaron de discurso, ahora apelan al orgullo nacional para que la sociedad compre productos nacionales, cuando años atrás defendieron las bondades del libre mercado, privatización y sistema neoliberal globalizado. Estos personajes, lejos de importarles credibilidad y congruencia continúan en medios de comunicación como si nada y apostando a la desmemoria colectiva.
En nuestro país los poderes fácticos todavía operan con arrogancia simulando transparencia y sensibilidad social, y pagan (vía publicidad, propaganda, u otras formas) al sistema mediático que sigue líneas editoriales impuestas, minimizando, ocultando y distorsionando varios hechos de interés publico.
Durante años, en mis clases y en la medida de mis posibilidades explique como funcionan los círculos viciosos que reproducen las anomías del poder actual, hasta el punto del clásico “…pero bueh¡” ¿y después, qué sigue?. Así que al término de este año, sugiero algunas ideas.
Para una austeridad congruente se tendría que aplicar (de inmediato) reducción de sueldos a alcaldes, síndicos, regidores, asesores, a consejeros del INE, a diputados locales, federales, a senadores y de ahí hasta el presidente del país. Claro, acordando antes un marco legal que materialice dicha voluntad. La pregunta es ¿existirá tal actitud política? La respuesta creo la mayoría ya la sabemos. En consecuencia, este 2017, será un año decisivo y de cambios en la medida, que cambie nuestra conciencia y participación ciudadana directa. Buena vibra en este inicio de ciclo.
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(1) Agandallar (mexicanismo) significa: Intimidar, abusar, ser ambicioso, alevoso o ventajoso.