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PERFIL PROFESIONAL (Marcelo Sánchez Solís):
Periodista graduado de la Universidad Evangélica y Texas A M University. A partir del 2006 inicia su trabajo en television con Telemundo como productor de noticias. Continúa su carrera en Telemundo Washington como reportero nacional y posteriormente como jefe de noticias.
En 2009 se convierte en corresponsal internacional para RT cubriendo eventos como las FARC en Colombia, terremoto en Haiti, diversas crisis politicas en Latinoamérica, entrevistas con los presidentes de Panamá, Colombia y diplomáticos de diversos países. Posteriormente sigue su carrera con HispanTv y PressTv, como analista y presentador de noticias, asi como productor ejecutivo. A la vez, fue productor ejecutivo para Univisión y contribuyente para TeleSur y DW. Actualmente es CEO de América Press Network Inc. basado en Miami FL. Continúa realizando documentales e informes de análisis político.
FUENTE (Nota de Prensa 1): https://www.youtube.com/watch?v=D3_MEqBNcr8
FUENTE (Nota de Prensa 2): https://www.youtube.com/watch?v=82ZHBdcpAs4&feature=youtu.be
FUENTE (Reportaje/Documental noviembre 2016): https://www.youtube.com/watch?v=p63rijcqzPw&feature=youtu.be
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SUS INICIOS (SANTA CRUZ/BOLIVIA).
El siguiente texto fue publicado en la Revista Punto y Aparte (pag.30). Periodismo universitario UEB. En julio de 2002.
Allí su director (Fidel C. Flores) lo presenta :
El autor (Marcelo Sánchez) es un joven universitario de 19 años que empezó a escribir para teatro hace un par de años. En su texto nos refleja sus inquietudes literarias donde busca proyectar sensibilidad a través de la constante búsqueda de un estilo honesto y congruente consigo mismo. Sin lugar a dudas su trabajo destacará tarde o temprano por su tesón y autenticidad.
HONESTAMENTE… Por: Marcelo Sánchez
He cerrado los ojos en estos días malbaratados, suavemente casi melancólicos pero sin llegar a serlo. Ora por orgullo, ora por simpatía. En estos días yo he cerrado los ojos sin querer entender. Como si gratuitamente me entregara a la irrupción de espacios velados entre los puntos de la realidad.
Puntos vacíos e inexistentes –millones de ellos- olvidados de nombrar hoy y ayer. Simplemente trato y no he querido perder.
Son días distanciados donde nunca se termina de entender nada y sin dejar de funcionar como negación. Los párpados apretados dedicando húmedamente anhelos y adioses.
El día resbala abandonado a gotas de reloj. Se me impide un punto firme y se conmueve la palabra, aparentando no ser suficiente y ni siquiera comienzo a cansarme de intentar aquello que por cierto ya empiezo a dar por perdido.
Los dientes, la boca y el fuego de exigir explicaciones; pero en cambio y en secreto la excusa del silencio, del ya pasará porque antes, hoy y ayer se me atreven los días partiendo rincones, fragmentando circunstancias en una dulce conspiración a media luz.
Se enciende el atardecer ganando espacios, rellenando la habitación. Ya he pensado lejos y cerca, me queda un resto de alegría y un poco más. Fascinando cautamente un hilo de libertad apoyado en la puerta.
Viviré como si estuviera vivo y sin darme cuenta habré terminado suavemente esta frase, con un punto de paz (Fragmento).
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LOS MESES DEL MIEDO. Después del ataque a las torres gemelas (11/09/2001/NY. EU.) Por: Marcelo Sánchez
Octubre y noviembre son miedo: Te estiran la piel y a continuación miedo de ser, vestir, actuar, pensar y ser. Las artes liberales de infundir, sin fantasmas; el miedo de la calle y los rostros contra la creación individual del propio ser. Metástasis sin reflejos, oscuros personajes y gruesos perfiles en los periódicos, la tele y los ojos.
Octubre con aquel deseo de nada, luego entretenerme con noviembre en premura, acaso ansiedad sin rostro. Mientras solo son días eternos, contándose en las palmas de mis manos; enjambres de ideas por la calle y la noche envuelve que te envuelve con la almohada y las personas saludándote erráticamente a medida que dejan de existir.
Caminando con cuidado porque miedo es la posibilidad de escoger la mejor forma de ser lo peor. Desde la nostalgia de mejores días hasta las puertas del alma, un mundo aparece teñido de ceremonias íntimas con gestos y ademanes, cantos y demonios.
En octubre el piso te anda por los pies y ya no se sabe si la vida que a continuación será un eterno noviembre, puede que sí, puede que ni siquiera te des cuenta y a fin de los años, noviembre tenga tu rostro enjaulado en una opacidad de ausencias y recuerdos sin nombre.
Culto al miedo, no pienses.
Espían los días con realidades que no son; espejos y afeitadoras, despertares y relojes, micros y lluvia son los que murmuran por las esquinas. Religiosamente la dignidad al piso, el pensamiento merced de sociedades anónimas, a varios agregados encima de la fuente de conocimiento.
Posiblemente nada cambie para nadie y las soluciones sean para otro mes del año, teniendo que recurrir a pertenecer a una esfera de absolutos estériles. Posible será que todos terminemos siendo eneros, diciembres y abriles amedrentados pendiendo al borde del abismo en octubre y noviembre.
A veces el sueño, no dormirá pensando si quizás llegue a olvidar el tiempo que transcurre entre uno y los demás, entre el miedo y la paz; se inventará un término para nombrar a la vida sin miedo.
(Texto publicado en Revista Punto y Aparte (pag.22). Periodismo universitario UEB. Enero 2002)
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(Último texto) AL PROFESOR FIDEL C. FLORES. Por: Marcelo Sánchez.
Llegamos al salón de clase con litro y medio de vino encima. Primer día del semestre, 19 años y cursando -casi accidentalmente- la carrera periodística. Allí, el maestro. Se llama Fidel Carlos -creemos que en honor al líder cubano- y Flores, su apellido.
Empieza Fidel Carlos Flores a explicarnos cómo funciona el asunto. Primer y único profesor -de toda la facultad- que tiene la audacia de haber experimentado la carrera en la calle, reportando, escribiendo, entrevistando.
Aquellas herramientas, las de Fidel, me recuerdan a los entrenamientos de una insurgencia mental. Es que en aquel salón, el maestro nos intentaba inculcar el pensamiento crítico. Unos lo lograron, otros no. También para pensar hay que tener suerte.
Pasan las décadas y a medianoche -me encuentro- escribiéndole al maestro. Fidel Carlos Flores nunca envejece. Su pensamiento sigue haciendo castillos de palabras. Se acuerda de nosotros, de mí, del salón de clase, de las lecciones. Nosotros nos acordamos de Fidel Carlos Flores y le agradecemos con letras.
Abril 2017, Miami FL,USA
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