– Desvían la atención y paran los reclamos
– Técnica de comunicación muy efectiva
———- O ———-
Se dice que unas de las prácticas que han sido comunes en la política mexicana, es el crear cortinas de humo, noticias que son exageradas al extremo y magnificadas en los medios de comunicación, con la finalidad de distraer la atención de otros temas que encienden la polémica, y elevan el mal humor social, ya sea en política, en economía o en este caso, para intentar tapar la gran magnitud de los desastres naturales, como lo son los devastadores sismos que por una rara casualidad, se han repetido el 19 de septiembre, uno en 1985, y otro en 2017.
Recordemos que hace algunos meses murió Frida, la perrita rescatista que se hizo famosa en el sismo de 2017, pero hay que recordar que en ese desastre natural, hubo otra Frida, que estuvo presente en los medios de comunicación, me refiero a una supuesta niña de nombre Frida Sofía, que se encontraba sepultada en los escombros de una conocida escuela que se cayó debido al sismo.
Tras arduas labores de búsqueda y rescate, el cuerpo de Frida Sofía nunca apareció, y hoy se habla de un invento de Televisa para ganar raiting, y al polémico periodista Carlos Loret de Mola, como promotor de esta farsa, que sin duda, despertó la ilusión de millones de televidentes para encontrarla viva, y alimentó el pensamiento mágico de la sociedad mexicana, que viene desde tiempos anteriores a la conquista.
Para entender un poco más la forma en la que un mensaje masivo, que toca las fibras más íntimas y sensibles de la sociedad hay que situarnos en el contexto; se comenzó a decir que entre los escombros del Colegio Enrique Rebsamen, en la entonces Delegación Tlalpan, se encontraba atrapada una estudiante de nombre Frida Sofía, que probablemente era alumna de primer grado de primaria, y que había sobrevivido al derrumbe del centro educativo, porque se había ocultado en bajo un escritorio.
La presencia de una niña debajo de los escombros fue la nota principal en Noticieros Televisa, y sus principales conductores -Carlos Loret de Mola y Joaquín López Doriga, y la reportera Danielle Dithurbide, cubrieron minuto a minuto las labores de rescate, sin embargo, tanto docentes como autoridades que sobrevivieron a la tragedia, aseguraban que no había ninguna alumna de nombre Frida Sofía.
Pero la sociedad se convenció ante la repetición insistente en los noticieros de la principal cadena televisora del país, y comenzó a exigir que la niña fuera rescatada con vida; la gente de forma inesperada llegó con veladoras a los restos del colegio, rezó, elevó oraciones, y tras días de arduas búsquedas y labores de salvamento, rescataron los cuerpos de 19 menores y siete adultos, pero no apareció Frida Sofía, ni viva ni muerta.
Finalmente, se habló de una información errónea que “nadie sabía” de donde surgió, pero que se hizo viral, y que los medios -principalmente Televisa-, “solo cubrieron la noticia”.
Frida Sofía fue un invento, no existió, pero sí enganchó a la sociedad, distrajo la magnitud del desastre, pero la pregunta que surgió, principalmente entre investigadores y estudiosos de los medios de comunicación fue, ¿por qué el nombre de Frida Sofía? Y se concluyó que así se llama la hija de la cantante Alejandra Guzmán, que es una personalidad pública y que ese nombre está presente entre gran parte de la sociedad, de ahí que la gente se identificara y lo sintiera como algo propio, así, la fe y las exigencias de la sociedad hacia los elementos de la Secretaría de Marina, quienes se encontraban al mando de las labores de rescate, se centraran en Frida Sofía, la niña que nunca existió.
Sin embargo esta estrategia de comunicación no es nueva, ya que en 1985, en el devastador sismo que partió a la Ciudad de México, también surgió otra historia desgarradora, la de “Monchito”, un niño de nueve años que estaba sepultado en una vecindad del centro; la gente soñó y rezó por su rescate, la verdad es que Monchito nunca existió, y también fue un invento, al que los medios le dieron enorme cobertura, pero en este caso, la historia de Monchito detuvo un poco las ácidas críticas y los fuertes reclamos al gobierno del entonces presidente Miguel de la Madrid Hurtado, y la torpeza y lentitud de las acciones para apoyar en el desastre.
En 1985, ante la inactividad del gobierno, la sociedad salió y se organizó, y con picos, palas y hasta con las manos, removieron piedras y escombros, en busca de sobrevivientes.
Y tal como sucedió con Frida Sofía, el cuerpo de Monchito nunca fue encontrado, pero lo increíble pasa en México, en la prensa se habló que Monchito en realidad era un fantasmita, el alma de un niño que se comunicó con los vivos para darles ánimo a los rescatistas.
Pero, ¿por qué el nombre?, porque era sumamente popular y el entorno lo permitía, al desplomarse una vecindad, la gente lo relacionó con la popular serie “El Chavo del 8”, y “Monchito”, con uno de los entrañables personajes, “Don Ramón”, o “Monchito”, como le decía “La Bruja del 71”.
———- O ———-
(*) Docente e investigador
Categorías
- Artículos de Opinión (673)
- Artículos Literarios (123)
- Canal Interés Público (Videos) (62)
- CDMX (México) (375)
- ESTADOS (México) (73)
- Internacional (91)
- Latinoamérica (70)
- Libros (PDF), Reseñas y Documentales. (98)
- Prensa en General (1,430)
- Uncategorized (1)