Libro completo en PDF (371 páginas/Edición 2018): https://institutorambell.blogspot.com/2022/12/para-que-sirve-la-epistemologia-un.html
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PRÓLOGO: Tenemos con nosotros un libro único (no todos los libros son únicos; de hecho, la mayoría no lo son). Son varias las razones que hacen de este libro una excepción encomiable. Quisiera destacar tres.
En primero lugar, se trata de un trabajo titánico, de largo aliento, en el que al mismo tiempo que reúne años de trabajo y reflexión sobre los temas presentados y discutidos, su autor, el Profesor Pablo Guadarrama, se debate con fuego y espada contra lo que considera son las más destacadas tentaciones del epistemólogo; pero con él, del profesor, y en general, de las personas cultas y estudiosas. Es lo que hace, notablemente, en el capítulo primero, que puede ser considerado, si cabe, como la pars destruens de su trabajo: los reduccionismos y las tentaciones de simplificación. No existe un trabajo semejante, hasta donde tenemos conocimiento.
Existen reduccionismos epistemológicos sostiene Pablo. El diagnóstico es brillante. Así, cabe mencionar el reduccionismo teocéntrico, el mecanicismo, el determinismo geográfico, el biologismo y el social darwinismo, el economicismo, el panlogismo analótico-lingüístico, el reduccionismo comunicativo cibernético, el funcionalismo, el reduccionismo hermenéutico, y el fenomenológico. ¿Falta alguno? En honor a la verdad, sí: el historicismo.
Pablo Guadarrama lee la historia de la modernidad y parte del siglo XX parado desde la filosofía, y más exactamente, desde el marxismo. Desde aquí lee y se debate como un coloso, con la ciencia y la filosofía de la ciencia, con la metodología de la investigación científica, contra las veleidades del reduccionismo. Y aunque no lo diga abiertamente en ningún lugar, entonces también contra el determinismo.
Ahora bien, existen algunas propuestas para evitar los reduccionismos, y Guadarrama destaca tres: el dialéctico –esto es, exactamente. El marxismo, el holismo, la complejidad, y le otorga un espacio propio al pensamiento poscolonial. En ocasiones, a decir verdad, les hace decir a estas propuestas más cosas de las que ellas mismas dice o quisieron decir. Pero esta es una licencia del pensador, el filósofo y el profesor.
El Profesor Guadarrama lee la historia del pensamiento humano en clave marxista, pero entonces también, en clave latinoamericana. Al fin y al cabo, Pablo Guadarrama es uno de los más destacados filósofos latinoamericanista en el mundo. Algo en lo que se ha ganado, con justicia lugar propio en el panorama intelectual y filosófico. Y en uno que otro pasaje, se trasluce su sentido de humor, y alguna nota de su optimismo revolucionario. Algo que él encarna en su propia persona. Un rasgo notable en estos tiempos de pesantez, desasosiego y post-verdades.
El segundo capítulo expone una de las tesis más sostenidas a lo largo de toda su obra, amplia y variada, a saber: se puede polemizar con el positivismo, pero no desconocerlo. A decir verdad, es aquí en donde se ven los más fieros debates y combates del autor, blandiendo su espada a diestra y siniestra, pero con una finalidad que se va haciendo más evidente en la lectura posterior del libro y en las conclusiones: el marxismo representa la clave de superación de los reduccionismos, y una luz para iluminar con nuevos haces de luz la epistemología y la práctica pedagógica y social en nuestros días.
El tercer capítulo se concentra en el debate entre el internalismo y el externalismo, e intenta zanjar fantasmas e ilusiones, verdades presuntas y lugares comunes, en fin, gigantes alados y enemigos, reales o presuntos. En una empresa acaso quijotesca, el filósofo cubano se yergue con fiereza en una elucidación de lo que sí es y sí puede la epistemología. Y la respuesta/propuesta no deja lugar a ambages: el marxismo puede contribuir a superar los debates entre internalismo y externalismo, sólo que el suyo es un marxismo que ora mira a la mejor tradición clásica, ora se lanza a dialogar y controvertir con parte de lo mejor de la ciencia y la filosofía contemporáneas.
Nuestro autor no dice, sin embargo, ni una palabra acerca de la tercera o de la cuarta revolución industrial; no hay ninguna mención explícita a la segunda y menos aún a la tercera revolución científica. Ocasionalmente se menciona a Einstein, a Planck o a Hawking, pero generalmente de la mano de bibliografía secundaria. Hubiera sido deseable encontrar alguna voz acerca de la segunda revolución científica, esto es, la ciencia cuántica: la física cuántica, la biología cuántica, la química cuántica, las tecnologías con base en comportamientos cuánticos e incluso, por qué no, las ciencias sociales cuánticas. Y acerca de la tercera revolución científica, no hay ninguna palabra acerca de la ciencia de la información y el procesamiento de la información. De consuno, por ejemplo, la síntesis entre la dimensión física, la biológica y la digital, pasan en silencio, sin dejar ningún rastro en alguna página.
Y es que el significado epistemológico de la computación (no del computador, que es otra cosa), la importancia y el problema mismo de internet –la web 1.0, 2.0 y 3.0– los trabajos en torno a las tecnologías convergentes, las NBIC+S (la nanotecnología, la biotecnología, las tecnologías de la información, las tecnologías del conocimiento y la dimensión social de las tecnologías) son evidentes en este trabajo por su omisión. Estos y otros aspectos semejantes no pueden ser obliterados en un libro de la excelencia como el que tenemos hoy en nuestras manos.
Dos opciones quedan entonces: o bien reconocer que un autor no puede abarcarlo todo, y que las delimitaciones metodológicas y epistemológicas son opciones legítimas de un autor a otro. O bien, sugerir que el libro debe poder ser completado en un momento posterior con una deuda que queda aún impaga.
Con agudeza señalaba en un momento B. Brecht: la mejor crítica que se le puede hacer a un río es construirle un puente. Pero es que el río que se ha propuesto cruzar, a nado y en barca, contracorriente y a través de peñascos y rápidos el profesor Guadarrama no es cualquier río. Es de las proporciones del Amazonas o el Yangtze Kiang (el río amarillo), el Nilo o el Misisipi, por ejemplo. Esos ríos majestuosos que parecen mares en más de un punto, en los que la orilla opuesta no se ve ni tampoco se adivina. Este es otro rasgo notable del trabajo titánico de Pablo Guadarrama.
El público al que se dirige, prima facie, el libro son los profesores, de colegioo de universidad, y aquí, de pregrado o de postgrado. Pero se trata entonces también de los estudiantes y estudiosos de la epistemología, esto es, de las relaciones entre la ciencia y la filosofía. Ante ríos majestuosos como los mencionados, cada quien emprende la travesía como puede. Y la forma que ha adoptado el autor es gracias a las herramientas que encuentra en la filosofía; en la filosofía y en el marxismo, en el esfuerzo por pensar el mundo de hoy desde hoy y desde esta geografía: Nuestra América, como decía J. Martí, esa de la Raza Cósmica, como gustaba decirlo J. Vasconcelos. Dos de los interlocutores directos y basamentos a la vez, del pensamiento de Pablo Guadarrama.
El autor es un pedagogo, un educador, un profesor. Se debe a los estudiantes tanto como a sus colegas, y siempre está arrojando luces nuevas y provocativas sobre sus auditorios. Un filósofo educador no es sino una traducción de lo que Gramsci denotaba como el intelectual orgánico.
Desde luego que existen otros medios para la travesía: la propia ciencia, o las tecnologías, las artes o la literatura, por ejemplo. Cada autor elige los medios para emprender travesías que tienen atmósfera de epopeyas. Y es que eso es el libro que hoy nos ofrece Guadarrama: el resultado de un muy largo y sedimentado proceso de lectura, de reflexión, de escritura y de exposiciones, aquí, acerca de la epistemología, siempre con los lentes de la filosofía. Una opción absolutamente legítima, no faltaba más. Sólo quiero señalar que allí, en el puerto, hay otros medios y vehículos.
¿Titanes, hemos dicho? Entre los griegos, los titanes eran inmortales. Y uno de ellos, Prometeo, literalmente, el filántropo, se rebela contra Zeus y toma el partido de los humanos. Permaneciendo siempre un Titán.
Carlos Eduardo Maldonado/ Profesor Titular (Facultad de Medicina, Universidad El Bosque).
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(*) Pablo Guadarrama González (1949). Profesor de Mérito de la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas, Santa Clara, Cuba (2013); Doctor en Filosofía, Universidad de Leipzig (1980); Doctor en Ciencias Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas (1995); Académico Titular de la Academia de Ciencias de Cuba (1998-2010); Doctor Honoris Causa en Educación (Perú), y Miembro de Honor de la Asociación Dominicana de Filosofía (2014); Miembro Honorario de la Asociación Iberoamericana de Filosofía Práctica (2017). Libros: Valoraciones del pensamiento cubano y latinoamericano (1986); Lo universal y lo específico en la cultura (1988); Marxismo y antimarxismo en América Latina (l990); Humanismo, marxismo y posmodernidad (1998), Humanismo, alienación y globalización (2003); Positivismo y antipositivismo en América Latina; (2004), Cultura y educación en tiempos de globalización posmoderna (2006); Dirección y asesoría de la investigación científica (2009); Pensamiento Filosófico Latinoamericano. Humanismo, método e historia Tomo I y II (2012), tomo III (2013); José Martí: humanismo práctico y latinoamericanista (2015); Democracia y derechos humanos: visión humanista desde América Latina. Tomos I y II (2016); Huellas del filosofar en Latinoamérica y Colombia (2017). Actualmente es profesor en la Maestría de Estudios Políticos Latinoamericanos de la Universidad Nacional de Colombia y de Maestría en Ciencia Política de la Universidad Católica de Colombia en convenio con la Università degli Studi di Salerno.
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