MAL DE OJO. México 2022. Género: Terror. Director: Isaac EzbanI.
Actores: Ofelia Medina, Arap Betkhe, entro otros.
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El cine mexicano del género del terror ha sumado en los últimos veinte años un nivel de calidad elevado. Dirección, actuaciones, guiones, escenografías, musicalización. En todos los rubros se ha fortalecido el género y compite con lo mejor del cine de terror europeo, norteamericano y asiático.
Films cómo Sobrenatural, Somos lo que Hay, Ahí viene el diablo, Tenemos la carne, la serie Hora Marcada, y los capítulos de Trece miedos, son reflejo de esa buena producción cinematográfica y televisiva de la evolución del género del terror audiovisual en el México de hoy.
La película Mal de Ojo, filmada en escenarios lúgubres, aislados y boscosos del México profundo indaga una temática universal del género del terror…La Brujería. Si, el cine de terror encaminado a la temática de la hechicería es bien antiguo y socorrido, porque genera ante todo miedo y superstición ante un mito, que tal vez no sea mito, sino que roza los límites de la realidad y la locura, mitos enraizados profundamente en el cumulo de tradiciones de muchos países de la geografía mundial.
Películas de brujas se han filmado muchas en el cine europeo y americano, vale la pena destacar por ejemplo Suspiria, (Alarido) de 1977 de Dario de Argento, La Bruja de Robert Eggers del 2016, Gretel y Hansel, Un siniestro cuento de hadas del2020 y la mexicana y muy reconocida Veneno para las Hadas de Taboada de ,1986. Películas todas ellas que nos transportan a mundos paralelos, aterradores y profundamente escatológicos dónde el personaje de la bruja toma el protagonismo y el control de las situaciones para perpetuar el mal.
En Mal de Ojo el mal proviene de las mismas disfuncionales y perversas relaciones familiares entre padres e hijos. Las maldiciones ancestrales cómo algo inevitable que se tiene que enfrentar. En este sentido vale la pena observar bien que las consecuencias de las malas acciones se ceban en los niños, principalmente su inocencia los hace vulnerables ante el mal que generan los adultos de forma consciente e inconsciente.
La prisa de la película parte de un matrimonio que al ver perdidas las esperanzas de salvar la vida de su pequeña hija de cinco años, recurren a medios sobrenaturales y perversos para acabar con la mortal enfermedad de la infante. El matrimonio se traslada junto a su otra hija de doce años a un remoto pueblo de la provincia ancestral mexicana donde la abuela, una excelente Ofelia MEDINA recurrirá a sus artes brujeriles para salvar a su nieta ¡A qué precio?…Esa es la premisa de la cinta. Cuando se recurre a la brujería, siempre se paga un precio alto. El diablo siempre cobra.
La hija mayor del matrimonio es la que paga los karmas negativos de los padres. Es en esta jovencita dónde se ceban todas las ramificaciones del mal, encarnadas por los propios padres descuidados e hipócritas y por supuesto por la maléfica Bruja/Abuela, es imposible no relacionarla con la bruja de la película Suspiria de Argento, la madre Lacrimorum,y el parecido es sobre todo real por el nivel de perversidad.
La película no tiene desperdicio, vale la pena verla y volverla a ver, ya que el final deja más preguntas que respuestas, el mal de ojo ya se hecho a todos los protagonistas de la película y no hay escape. Quizás la moraleja más aterradora de la cinta es que el mal se presenta en forma inesperada en el mismísimo entorno familiar. La perversidad es ilimitada, es como dormir con el enemigo.
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(*) Periodista (EPCSG) y Docente.