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CDMX (21/05/22). Estoy viendo que ahora las excusas que están tomando los médicos para no ir a las zonas rurales son dos: puestos mal pagados e inseguridad. De hecho, en un artículo aparecido en el diario #ElPaís, mencionan que “si esos dos problemas estuvieran resueltos, no solo con los médicos, sino también con los maestros, sobrarían aspirantes para los puestos en dichas áreas”.
Yo solo pensé: “¿En serio?”. Es increíble la “sagacidad” de la oposición. ¡Descubrieron el problema que acarrean el sector médico y el magisterial!
Oposición, vamos por partes: primero, ya involucraron a los maestros. Les voy a recordar dos nombres: Lucio Cabañas y Genaro Vázquez. Ellos precisamente tuvieron algo que decir en su momento sobre las pésimas condiciones laborales de los maestros en el área rural de Guerrero. Ahí les dejo de tarea que lo investiguen.
Segundo: ya involucraron la inseguridad en este zafarrancho. Y se les olvida que tuvieron un presidente que permitió la entrada de armas a nuestro país como nunca había ocurrido, y que además tuvo un secretario de “seguridad” que era parte del crimen organizado.
Pero bueno, dejemos de lado su típica amnesia selectiva. ¿Saben lo qué les va a contestar AMLO? Pues que tanto mejor para contratar a los cubanos, porque ellos están acostumbrados a ir a zonas en conflicto. Punto.
Y lo segundo, algo muy sencillo: a tomar a los jóvenes que sean locales de dichas zonas de conflicto, para adiestrarlos tanto en el área médica, así como en la magisterial. Y mientras, podemos traer no solo médicos cubanos, también maestros cubanos (ya ven que Cuba fue el primer país latinoamericano en erradicar por completo el analfabetismo).
Y una vez adiestrados y con su título dichos jóvenes, prescindimos de los cubanos, y regresamos a esos jóvenes a sus zonas de origen. Zonas donde ya son conocidos, y donde sería muy difícil que la comunidad no los abrace (y los proteja), como ahora aducen muchos médicos. Pero lo anterior implica eliminar el clasismo y el elitismo que ahora impera en muchas escuelas de medicina del país, sobre todo al momento de seleccionar a los candidatos de nuevo ingreso. ¿Se podrá lograr eso? Porque 17 mil rechazados cada año solo de la escuela de medicina de la UNAM, indica una severa falta de ganas de solucionar un problema de oferta educativa.
Porque la violencia contra los médicos no es nueva, pero parece que muchos apenas se dieron cuenta de dicha violencia. Entre secuestros a médicos, y asesinatos a los jóvenes pasantes de medicina, el sexenio pasado y antepasado se caracterizaron por una indolencia hacia el gremio de proporciones bíblicas. Pero cuando se convocó a manifestarse por dicha problemática, muchos hicieron oídos sordos. Porque el sexenio pasado iba en vías de privatizar la salud, y ese es un anhelo de muchos dentro del gremio médico.
Lo segundo: como ya mencionamos, limitar el número de jóvenes que entraban a la licenciatura, y luego hacer otro embudo (que no filtro), para el número de egresados de la licenciatura que iban a una especialidad. Claro, lo anterior permitía tener un control del mercado laboral, donde a menos competencia, había más ganancias.
Solo que ahora el gobierno está aplicando algo que muchos otros gobiernos han aplicado en el pasado, como el estadounidense durante la segunda guerra mundial, donde ha falta de mano de obra para el campo, permitió la entrada de miles de mexicanos migrantes que acudían a las labores del campo que los estadounidenses que estaban en la guerra no podían cumplir.
Y eso no es nuevo: traer migrantes para “regular” un mercado laboral. Así que, ante la escasez de médicos, y ante los planteamientos de inseguridad y de malos salarios que ahora están argumentando: ¿Qué esperaban que hiciera el gobierno, si existe una oferta de personal médico que está acostumbrado a acudir a zonas en conflicto, y que aquí va a ganar más que en su país?
Es una ley del mercado muy antigua. Y la decisión está tomada. Este próximo martes, si no se llenan las plazas con médicos mexicanos que se van a ofertar en la “mañanera”, pues se va a buscar mano de obra calificada en el extranjero. Como lo haría cualquier empresa en el sector privado.
Y en un año, se mostrarán los resultados de dicha decisión, al comparar los parámetros de salud antes y después de la llegada de los médicos extranjeros.
Porque es sencillo: el gremio médico no está proponiendo soluciones, solo externa quejas. Y quejas de problemática que ya existía, pero que nadie quería ver. Si la solución que aporta el gobierno no le gusta al gremio médico, siento decirles: son minoría. Al final, la mayoría, el pueblo, refrendará o protestará por dicha decisión. Pero esa es la voz que debe tener más peso.
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