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NIP 8/12/21 (CDMX/Press) A estas alturas (diciembre del 2021), en la actual gestión del presidente Andrés Manuel López Obrador se puede distinguir con nitidez, políticas públicas que favorecen a clases sociales anteriormente marginadas. Tal circunstancia, se refleja en el 70 por ciento de su popularidad.
Curiosamente vivimos en un México polarizado y habitado por dos grupos antagónicos. Unos, los que lo odian –de manera irracional- y que asumen que su popularidad obedece a manipulación e ignorancia; y otros, que lo aman –quizá- en exceso. Pero el punto es, que el mandatario con su capacidad comunicativa y su cuarta transformación (4T) logró -al menos hasta ahora-, empoderar a una sociedad civil (o pueblo) a través de lo que llama “revolución de las conciencias”.
Es, en este contraste o comparación con anteriores administraciones (PRI/PAN) que, (ojo) a pesar de errores –en mi opinión- tiene más aciertos que desaciertos. Tres años después se está logrando cambiar añejas costumbres políticas, como la corrupción, connivencia, agandalle, despilfarro y frivolidad, entre otros.
Analicemos otras variables: El aumento al salario mínimo que analistas de la oposición minimizan, bajo la lógica que casi nadie gana esos salarios (¿?), la ayuda a personas de la tercera edad, a estudiantes, a madres, a discapacitados, etc. en general sí, representa un valioso apoyo para sus beneficiarios.
Otras: austeridad e inversión pública en obras de gran magnitud por ejemplo: Tren Maya, refinería de Dos Bocas, Aeropuerto Felipe Ángeles, bancos del Bienestar, etc.
Veamos también sombras por ejemplo, en el área de salud pública y seguridad con resultados inferiores a los esperados (aunque –claro- encontraron a un sector viciado de malas prácticas). En relación a la Guardia Nacional, ésta todavía no refleja resultados relevantes.
LA POSTURA DE COPARMEX
En entrevista reciente (programa Los Periodistas) a José Medina Mora actual presidente nacional de Confederación Patronal de la República Mexicana afirmó que, los objetivos del presidente son los correctos, pero que hay que revisar estrategia.
Abundó “Debemos disminuir la desigualdad. Me parece bien, el incremento al salario mínimo para llegar a la línea del bienestar familiar (canasta familiar) y creo es correcto, que el que gane más, pague más impuestos”.
Y continuó: “Tenemos que voltear a ver a los que menos ganan, y es una invitación a los empresarios privados que de acuerdo a sus posibilidades consideren aumentar salarios. Afortunadamente hubo respuesta de miles de empresas que firmaron un acuerdo para promover un salario digno -así le llamamos-. Estamos conscientes de que tenemos que subir el mínimo que estuvo detenido mucho tiempo, en Coparmex necesitamos un nuevo modelo económico, antes pensábamos que todo se resolvía con el crecimiento económico (PIB), pero no era así. Ya que a pesar de dicho crecimiento, también creció -muchísimo más- la pobreza y desigualdad. Tal situación nos obliga a pensar que requerimos un nuevo modelo de desarrollo y le llamamos Economía de mercado con Desarrollo inclusivo, ¿y eso qué quiere decir? que además del desarrollo económico, debe haber desarrollo social y económico sustentable. O sea el piso debe ser el desarrollo social (capacidad adquisitiva) para que nadie quede afuera. Nosotros propusimos dicho modelo que impulsa justicia social con gradualidad”. Destacó.
Confieso que me tallé los ojos de incredulidad al escuchar tales respuestas, y comparar con anteriores gestiones y otros tiempos (soy testigo de la actividad política desde José López Portillo 1976-1982).
EN OPINIÓN DE ANALISTAS
La semana pasada recibí el correo de un amigo académico que me refería que “la concentración en el Zócalo fue cuestión de cantidad y no de calidad, que hubo acarreo con refresco y torta de por medio, además a las personas que se les preguntaba ¿cuál era el logro más importante del presidente? no sabían qué decir. Por lo que es una lástima que este gobierno reproduzca los esquemas más vulgares del antiguo régimen, incluyendo el populismo. Hay que tener una posición más crítica de esta administración, aunque no dejemos de apoyarla”. Remarcó.
Este reportero, estuvo en varias partes de la masiva concentración y al leer a medios tradicionales constaté, el uso de medias verdades, descontextualización y aversión. Lo que vi -y así lo informé- fue una contundente demostración de liderazgo, convocatoria y músculo social.
Por otro lado, el historiador Lorenzo Meyer al comentar el mensaje presidencial en el mitin afirmó que “López Obrador se definió de izquierda (pero del 2021) y esto se explica en un sentido laxo y a la vez profundo. Es decir, se resume en la frase primero los pobres, porque antes se gobernaba para una minoría, ahora se gobierna para todos. Sin embargo, hay grados, la intensidad de sus compromisos es mayor con los desprotegidos y pobres de la sociedad. Aunque se le critique como populista.
Su 4T es muy ecléctica, una combinación mezcla de muchas cosas (socialismo, capitalismo, socialdemocracia, visión religiosa y moral pública). Una mezcolanza –repito- adecuada a este momento histórico del siglo XXI. En donde en general, las ortodoxias no funcionan, y sí el saber decir lo que la mayoría de la población, quiere.
Se tiene la visión de un país más generoso, recordemos que nuestra sociedad tiene una herencia colonial donde dominaba una minoría, para beneficio de sí misma, sin exterminar del todo a la población indígena (base de la pirámide social). Por lo tanto, el mensaje principal fue definirse de izquierda, dentro de lo posible es decir, buscar una utopía dentro de lo posible, con visión esperanzadora y positiva.
Desde hace tiempo el mandatario, entre otros tenía como proyecto lograr que los mexicanos sintieran al gobierno como propio, que se identificaran con él, (como ocurrió con el general Cárdenas) por eso todos los días en sus mañaneras insiste en empoderar al pueblo y eso, es algo nuevo en política nacional. En lo económico y geopolítico, el movimiento heterogéneo de la 4T y su líder, tienen que convivir con el TMEC (Tratado México, EU y Canadá) el presidente es consciente de ello y debe actuar con un realismo político brutal y a la vez mantener su utópico elemento”. Finalizó.
Sus críticos suelen insistir en la inflación y desempleo (datos duros), olvidando con amnesia o sin ella, el factor macro clave que afectó –literal- a todo el mundo, llamado SARS-CoV-2 y que a dos años sigue causando estragos.
El planeta entero sufre por el aumento de precios y algunas de las razones son los cuellos de botella que provocan problemas de abastecimiento y una demanda de productos sólida, entre otros.
En conclusión, panorama de claroscuros que a pesar de la pandemia, en México el sentido de responsabilidad se reflejó en su estabilidad económica, lo cual significa: prudencia en materia de finanzas públicas, no al endeudamiento, equilibrio entre ingreso y gasto público, no al incremento de impuestos, relativo control de la inflación y del peso frente al dólar, además de un trato cuidadoso en la relación comercial con Estados Unidos. Así el país a mitad del sexenio.
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(*) Periodista (Escuela de Periodismo Carlos Septién García) y Economista (Universidad Autónoma Metropolitana, Azcapotzalco)