• Acartonado y caduco, el nacionalismo oficial
• Importante replantear a los héroes nacionales
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El nacionalismo es un término que ha cambiado su concepto tradicional, no sólo en México sino en la gran parte de los países que viven en un hemisferio que plantea la democracia como uno de sus máximos valores, como lo es “occidente”, donde se encuentra México.
Hablar de nacionalismo, hoy se ha vuelto un tanto acartonado, ya que las nuevas generaciones no se sienten ciudadanos de un país en específico, sino se autodefinen como “ciudadanos del mundo”, lo que explica el por qué, algunos hechos violentos que suceden en otras latitudes como Estados Unidos y la represión policiaca que hay contra algunos ciudadanos afroamericanos, que parecieran hechos totalmente ajenos a América Latina, y sin embargo, colectivos de regiones tan distantes como Chile, México o Argentina, hacen un problema común y levantan la voz en protestas callejeras.
¿Por qué? Si la cultura, la historia y los valores de los estadunidenses son distintos a los latinoamericanos, ¿por qué hechos de esta sociedad impactan a nuestros países? Tal vez el explicarlo sea algo relativamente fácil, pero a la vez muy complicado, ya que como lo comentamos anteriormente, las nuevas generaciones tienen una mentalidad dual, pues se consideran una parte de un engranaje mundial, pero a la vez defienden la cultura autóctona.
Es decir, el nacionalismo en la actualidad, es regional porque los colectivos que incluyen artistas plásticos, etnólogos, sociólogos y todas las ramas del conocimiento humano, se preocupan por la conservación de las lenguas maternas, por la difusión de la literatura y de las formas artísticas de pueblos originarios, pero también se preocupan por el calentamiento global, por la preservación de la fauna en regiones tan diversas y distantes como las africanas, presentando una identidad regional pero a la vez mundial.
El nacionalismo de Estado, que es aquel que se inculca en las escuelas y que nos plantea que como nación contamos diversos factores intangibles que nos da una nacionalidad, como una historia en común, una religión, símbolos, héroes, gastronomía o música, entre los muchos factores que nos dan la identidad nacional, sin embargo “el nacionalismo oficial”, no contempla la diversidad cultural que tiene el país, en un plano amplio e incluyente, pues si bien es cierto que las Leyes Mexicanas contemplan la igualdad entre todos los mexicanos, en la realidad no es así pues las comunidades originarias, en muchos aspectos, siguen siendo excluidas.
Pero, por otro lado, las redes sociales han conectado al mundo y por el peso que tienen en la comunicación actual, valores como la tolerancia, la diversidad sexual o la interculturalidad, hacen que el individuo deje del lado el nacionalismo tradicional y aunque no lo niegue ni se muestre contrario, sí lo desvincula un tanto al discurso oficial que aún no ha sido capaz de adaptarse a esta nueva realidad.
Entonces cabe la pena preguntarnos: ¿Qué significa ser mexicano? ¿Cómo es el nuevo mexicano o el mexicano actual? Lo podemos definir como una persona que conoce su historia, es consciente de los problemas que vive el país, que es tolerante, que tiene valores sociales pero que a la vez se siente como parte de una comunidad global, y sabe que sus acciones, aunque parezcan insignificantes, son importantes como parte de la llamada “aldea global”.
Otro punto que resalta del nacionalismo actual, es la trascendencia; dicho de otra forma: “¿cómo ser gran mexicano?, o ¿quiénes son los grandes mexicanos”. A lo largo de la historia, hemos tenido la presencia de personajes, que en su tiempo han reformado a la sociedad, ya sea grandes políticos como Benito Juárez o Lázaro Cárdenas, que han conformado al Estado Mexicano actual, o cantantes como Juan Gabriel, que han llevado la música popular a todos los rincones del mundo.
O bien Roberto Gómez Bolaños, “Chespirito”, cómico y humorista que es referente de la cultura popular mexicana, y que es más admirado y respetado en países hermanos como Colombia o Chile, incluso más que en México. Grandes personajes, pero en áreas tan diversas y diferentes, que pareciera, no hay relación.
Entonces surgiría una nueva pregunta, ¿cuáles son los mexicanos que debe rescatar la historia? ¡Todos!, pero en sus respectivas ramas, ya que estos personajes han dado lustre a México, en diferentes momentos y áreas.
Pero hay que tomar en cuenta que del mismo modo que el nacionalismo ha permitido que haya cohesión y sentido de pertenencia a los habitantes de un territorio, también hay que considerar que también ha llevado al fanatismo, al odio y a la xenofobia, situación que los diferentes Estados deben cuidar pues en vez de traer la unión, resquebrajan a los mismos desde adentro.
Por tal motivo, quienes nos dedicamos a la educación tenemos la responsabilidad de fomentar el nacionalismo, pero también la tolerancia, los valores que hoy tienen los gobiernos que se consideran “democráticos”, para los cuales queda claro que el individuo, primero es un ente regional, luego nacional y finalmente mundial.
(*) Periodista y Maestro/Investigador (UAM-Azcapotzalco)
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