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A través del Bando emitido el 13 de octubre de 1821 por Ramón Gutiérrez del Mazo, Jefe Superior Político interino de la capital de México, se informó “a todos los ciudadanos que el juramento y la solemne proclamación de la Independencia del Imperio, se verificaría en la capital el día 27 de octubre” de ese mismo año, es decir, un mes después de la entrada del Ejército Trigarante a la ciudad de México. Es posible que la mayoría de los mexicanos acepte que las fiestas para conmemorar nuestra independencia daten de 1821 y que a partir de entonces dicha celebración se haya llevado a cabo año con año hasta nuestros días sin interrupción. Juan María Wenceslao Sánchez de la Barquera y Morales tiene mucho que ver con esta historia.
Este abogado, periodista, político y escritor nació en San Juan del Río, Querétaro, en 1779, y murió “a los sesenta años, diez meses y tres días de su edad”, en la ciudad de México. Constituida la nación en República, el primer presidente de nuestro país Guadalupe Victoria, le encargó la redacción del Periódico Oficial; además fue asesor en diversas ocasiones del Gobierno del Distrito Federal. Siendo presidente del Ilustre Ayuntamiento de la capital, en 1825 promovió, con otros de sus compañeros, “la celebración solemne y digna del aniversario del 16 de Septiembre”, como el Día de la Patria. Ante la reunión que se convocó para este objetivo, Barquera resaltó “lo conveniente y hermoso que sería el levantar para este efecto un templo a propósito, consagrado a las funciones cívicas y para cuya conmemoración se eligiera a un orador que encomiara las glorias nacionales”, correspondiendo a Barquera la honra de pronunciar la primera oración patriótica que se dijo en la tribuna popular de la federación el 16 de septiembre de 1825…
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