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En torno al mes de mayo se conmemoran varias celebraciones relacionados a la prensa en América Latina, por ejemplo en Bolivia 10 de mayo, Honduras 25 de mayo, Costa Rica 30 de mayo, Paraguay 26 de abril, Argentina 7 de junio, etc. La semana pasada -también- se recordó el “Día Mundial de la Libertad de Prensa” el cual pretende fomentar la libertad y reconocer que una prensa libre, pluralista e independiente es esencial para toda sociedad democrática.
El periodista debe adaptarse a las circunstancias de su tiempo (ejemplo, crisis sanitaria actual), además de priorizar en su trayectoria: coherencia, rigor, contexto, contraste de fuentes, respeto y sobre todo credibilidad, tan necesaria y vital.
En este sentido, sobre contextos y retos actuales, fake news y posverdades, entre otros. Sin afán de demeritar o convertir dichas fechas en exageradas auto alabanzas, van algunas introspecciones.
REFLEXIONES:
El rigor periodístico, la investigación y tratamiento de contenidos en los distintos géneros (crónica, reportaje, entrevista, etc), deben reflejar siempre inclusión y contacto en primera persona. De su interacción saldrán historias, relatos, miserias y heroicidades de ciudadanos, sin voz, anónimos.
Hacer periodismo a ras de suelo, o la esencia de cazar historias reside en afilar la pupila y aguzar el oído, ser sensible, ser escucha y escuchar mucho, además de desarrollar una mirada contextual, diferente y certera. Nuestros contenidos deben generar reflexión, crítica, autocrítica, argumentación y análisis, con el objetivo de descifrar momentos contemporáneos de América Latina y el mundo.
En la actualidad como gremio nos encontramos ante una inédita crisis de salud, que a la vez continua generando desinformación virtual, denominado “infodemia”, término empleado por la Organización Mundial de la Salud para referirse a la desinformación en el contexto del COVID-19.
Crisis que ha desvelado -en el continente- excesos de un capitalismo y consumismo salvaje, fallas en la globalización, concentración de riqueza, desigualdad, polarización y otras anomías sociales, además de un menosprecio por políticas públicas que robustezcan o hagan eficientes sectores estratégicos, como la salud y educación pública.
Vivimos pues, en medio de la desinformación extrema, una hipermediatización virtual jamás vista. Varios países del continente fueron rebasados por un pánico social, en contextos de no prevención de escenarios y ausencia de liderazgos claros, es decir sus propios actores políticos crearon condiciones perfectas para una tormenta de noticias tóxicas y acciones inoperantes.
Obviamente asistimos (en cámara lenta) al derrumbe de prioridades de un sistema de capitalismo global, la cual pasada la crisis, cambiará gradualmente la geopolítica mundial. Transparentándose –así- graves consecuencias, matizadas por décadas por un neoliberalismo voraz; en este sentido, el efecto multiplicador de la pandemia también modificará variables y creencias -otrora- inamovibles.
Y ni hablar de la precipitación abrupta a un mundo digital, basta imaginar el confinamiento rígido de gran parte del continente en camino libre hacia una apoteosis digital que -sin lugar a dudas- alcanzó insuperable cenit, lamentablemente con sesgos, vicios y errores, incluidos.
LA INVESTIGACIÓN EN EL GREMIO.
No hay actividad periodística que no implique una investigación, lo cual hace que el periodismo sea fundamental para una sociedad, toda vez que la investigación que lleva a cabo un periodista, debe integrar con rigor información documentada y verificada.
Recuerdo –hace varias décadas- al maestro de géneros periodísticos Manuel Pérez Miranda (Escuela de Periodismo Carlos Septién) insistir en consejos para elaborar Reportajes de Investigación: “Sus contenidos deben contribuir no solamente a mantener informada a la población, sino también, a luchar contra la corrupción, aclarando o poniendo a luz pública realidades ocultas y desconocidas“.
En este sentido, comparto la afirmación del escritor Jorge Volpi: “Los desafíos del periodista son en realidad los de la ciudadanía, que necesita transparencia e información confiable sobre lo que en verdad pasa en nuestras democracias. En este oficio, lo realmente profesional está en el periodismo de investigación (sea periodista digital, tradicional o independiente). Una vez abordado el tema, la investigación debe ser rigurosa, contrastar distintas fuentes, entrevistar distintas voces y tratar de llegar al fondo de los hechos, conclusión los periodistas profesionales son los que investigan, no los que solo opinan”.
Por otro lado, el periodista Ricardo Raphael en su libro “Periodismo Urgente” expone: “Una enfermedad compleja de nuestra época es el relativismo que quiere considerar como equivalentes piezas de información que no lo son. Es la epidemia de la posverdad que tiene como constante el menosprecio por la evidencia y los hechos, en tal situación la estrategia para ordenar las tareas de investigación, la obtención de evidencia, la administración de los recursos, y organización del trabajo en equipo, con sus tiempos respectivos, son vitales“.
ALGUNAS PAUTAS.
El experimentado Rogelio Hernández López en su publicación: Miradas de reportero y Pautas periodísticas en tiempos de pandemia, afirma:
Aunque sea aburrido, hay que reiterar con mucha frecuencia a los jóvenes y a bastantes maduros que entre los periodistas el ser reportero es estar en lo más alto de las categorías profesionales y asumir el reporterismo como modo de vida.
El reporterismo no puede reducirse a tomar algunos datos y difundirlos como se pueda y menos usarse para torcerlos, forzarlos con el fin de exaltar a personas o demeritarlas.
La esencia de quien eligió ser periodista profesional es informar con sinceridad y credibilidad.
Y para facilitar esto existen métodos, técnicas, criterios y requisitos profesionales bien probados.
El método es el mismo de las ciencias para aprehender fragmentos de la realidad, aunque algunos no lo tengan claro. El procedimiento más común en las redacciones de los medios convencionales y que también siguen muchos periodistas independientes es:
Definición del tema > investigación de campo y documental > Verificación > Análisis > Enfoque > Redacción > Corrección > Edición > Presentación y Difusión.
De las técnicas para obtener información, como dice el dicho, cada uno masca tuercas según sus muelas.
Pero el tratamiento de la información para que sea periodística si requiere obligatoriamente respetar los mínimos criterios: Novedad > Trascendencia > Interés social > Actualidad > proximidad o cercanía.
Y, en tiempos de pandemia
Quizá más de dos jóvenes reporteros u otros periodistas busquen alternativas de cómo pueden ayudar a evitar que se pudra la información de interés público en tiempos de pandemia.
La respuesta rápida que siempre repetimos en las sesiones de actualización profesional es que: perfilen su propio código de ética para salvaguardar la responsabilidad social ante los públicos que primero necesitan estar bien informados, antes que “orientarlos” con nuestras opiniones. Remarca.
Finalmente, el reportero debe cultivar disciplina y perseverancia en la práctica, es decir, en la calle, a ras de tierra, en contacto directo con fuentes no formales, entre otros. Además con la obligación de hacer del estudio su alimento diario: lectura de libros, periódicos impresos, virtuales, redes sociales, etc. Tal cotidianidad es clave para comprender a un mundo en intensa transformación.
(*) Periodista (EPCSG) y Economista (UAM-Azcapotzalco)
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