———- O ———-
Corría el 1 de diciembre del cada vez más lejano año 2006 y México no salía del enojo, del asombro y de la incertidumbre que había dejado una de las elecciones más polémicas que había vivido el país en los últimos años.
Aún estaban frescos los recuerdos de las elecciones de 1988, cuando el candidato oficialista Carlos Salinas de Gortari había derrotado al candidato de las izquierdas, Cuauhtémoc Cárdenas Solorzano… Durante el recuento de los votos Cárdenas “iba ganando”, luego el sistema de cómputo falló y cuando se reestableció Salinas de Gortari llevaba una delantera que nunca perdió…
En el colectivo mexicano no se sabe si se “cayó” (del verbo caer, dejó de funcionar), o se “calló”, (del verbo callar al ver que Salinas iba perdiendo).
Así Carlos Salinas fue nombrado Presidente Electo, luego tomó posesión y gobernó, pero en el colectivo del populacho, el verdadero ganador fue Cuauhtémoc Cárdenas… Para millones de mexicanos hubo un fraude gigantesco, burdo… La voluntad popular fue burlada y Salinas llegó al poder por ser el candidato que a los grupos de poder económico y político les convenía.
Y tan sólo dos sexenios más tarde -Ernesto Zedillo (1994-2000) y Vicente Fox (2000-2006)-, la historia se repetía, era la misma comedia, pero con diferentes actores, Felipe Calderón era el candidato oficialista y Andrés Manuel López Obrador, el candidato de las izquierdas.
Nuevamente el apoyo abierto de los grupos de poder económico empujando a un candidato gris, sin liderazgo ni con apoyo popular… Felipe Calderón aseguraba ser “El presidente del empleo” … Decía ser “El candidato de las manos limpias” … Los medios no dejaban de transmitir una feroz campaña contraria a López Obrador, muchos se hicieron la idea de que “López Obrador es un peligro para México”.
Las elecciones fueron cerradas, llenas de rencor, la sociedad se encontraba dividida… Habían llegado la “guerra sucia” y “las campañas de lodo” (como le llamaron muchos analistas y politólogos); México tenía dos opciones: El populismo que nos llevaría a “ser como Venezuela” encabezado por López Obrador”, o el voto del miedo, “por el menos malo… por Felipe Calderón”.
Calderón ganó y la sombra de otro gigantesco y burdo fraude caía sobre México; en la calle se decía que muchos no pudieron votar porque no se encontraban en el padrón de electores: la oposición aseguraba que el padrón había sido manipulado por Diego Zavala -cuñado de Felipe Calderón-, porque su equipo había accedido a datos sensibles como nombre y dirección de los simpatizantes de López Obrador, mismos que fueron sacados de la lista y por tal motivo no pudieron sufragar.
La campaña en medios promovida por algunos empresarios aseguraba que el populismo tenía que ser parado a como diera lugar. Afuera, la gente pedía con un solo grito el recuento de los votos. “voto por voto…. Casilla por casilla”.
Impugnaciones por parte de AMLO… Finalmente, la autoridad electoral (IFE) avaló los resultados y Felipe Calderón recibió la constancia que lo acreditaba como “Presidente electo” y así llegó el 1 de diciembre de 2006.
El Congreso mexicano fue escenario de protestas, de golpes entre panistas y perredistas; de unos que ponían barricadas para impedir que hubiera el mínimo de diputados para tomar protesta al flamante Presidente, y otros que accedían por puertas laterales, de incógnito.
Afuera, en la calle, los partidarios de López Obrador esperaban un milagro, para que Calderón no tomara el cargo… Pero este 1 de diciembre de 2018 fue diferente… en 2006, las vallas de Calderón fueron del Estado Mayor Presidencial (que López Obrador ya desapareció); para López Obrador las vallas fueron de gente que lo ve como el líder que en verdad transformará a México.
Calderón llegó a tomar protesta por la puerta trasera; en sólo 10 minutos juró el cargo; fue al Auditorio Nacional para dar un mensaje en un ambiente controlado, es decir, entre distinguidos panistas, empresarios y afines a él, que le aplaudieron y felicitaron….
López Obrador entró por la puerta grande, la celebración fue popular… Reunió a más de 150 mil personas en una verbena popular en el lugar más emblemático de México: La Plaza de la Constitución… Entre bailes, música y rituales indígenas, recibió “el bastón de mando” por parte de los pueblos originarios y de la Comunidad Afromexicana.
Calderón falló y lejos quedó de ser “El presidente del empleo”…. La historia dirá si López Obrador es en verdad “La esperanza”, o es otro populista latinoamericano más…
(*) Periodista
———- O ———-