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Santa Cruz (29/07/25). Claro que la política es muy importante, necesaria e imprescindible en toda sociedad, actividad o dimensión humana y que, no solo es exclusivo de quienes aspiran a un cargo electoral. Hoy respiramos política, nos interesamos, conversamos, reenviamos chismes políticos, debatimos en la familia, hacemos campañas directas e indirectas. O sea, ante la proximidad de las “Elecciones generales” estamos empapados de todo el proceso. .
“Cuanto más se extiende la esfera del poder, más gente hay que aspira a él. La vida va a donde hay vida, y cuando toda la vitalidad de la nación está concentrada en su gobierno, es natural que todos aspiren a participar de él”, sostiene el estudioso de las estructuras del poder, Odilon Barrot. En la Bolivia plurinacional pasa eso, ahora estamos enfrascados en la lucha por el poder los más de siete millones de electorales habilitados.
El boliviano no es aburrido, ni amargado, ni fracasado. Tendrá en este proceso electoral grandes y variados motivos para salir de su rutina, y asistir al intenso espectáculo de la lucha por el poder entre candidatos de izquierda, derecha y centro que ya están en carrera.
Una elección presidencial, es motivo de generar recursos económicos no solo para el entorno cercano de los candidatos, sino para el conjunto de asesores, marketineros, estrategas, analistas, secretarias, choferes y en paralelo a: trabajadores de imprenta, medios de prensa, sistemas de envío rápido, servicios de comida, restaurantes, alquileres de toldos, sillas, en fin. Tal actividad -también- genera movimiento y dinamismo a la microeconomía.
Los más de siete millones de electores serán protagonistas clave en dicho proceso, mismos que no solo acudirán (17 de agosto) a emitir su voto, sino que irán más allá: registrarán su voto, harán selfie, tik tok, subirán sus fotos y videos en el facebook, señalando por quién votaron o denunciarán alguna irregularidad.
Bolivia no está quieta, sin embargo, se mueve, diría Galileo cuando salía de su juicio. Y se mueve bastante, pero en esta dinámica los candidatos y sus asesores saben que tendrán a su disposición no solo a medios de comunicación tradicionales, sino el conjunto de las poderosas redes sociales, por lo que la premisa que deben asumir, entre otras es no planificar ni realizar campañas insulsas. Se trata de golpear duro desde el primero momento. Romper esquemas. Abrir grietas. Provocar que desde un inicio todos hablen, bien o mal, del candidato. Pero que hablen y recuerden.
“Se dan circunstancias en que el propio pueblo desea tener al frente una voluntad enérgica. Y entonces un hombre, un grupo pueden adueñarse del Poder y emplear sus palancas (acciones) sin escrúpulos. No tarda en revelarse la aniquiladora enormidad del poder. Creen que ellos lo han construido, pero no es así. Únicamente lo detentan”, precisa el filósofo francés, Bertrand de Jouvenel, en su libro Sobre el poder.
Me permito dedicarle estas líneas a los asesores, politólogos, marketineros que están al lado del candidato y le pasan sus papelitos en cada conferencia de prensa o debate. Van algunos aportes del sociólogo, ensayista y asesor político ítalo-suizo Giuliano da Empoli (autor de El mago del Kremlin), el cual se centra en la narración del asesor personal y principal, Vadim Baranov, de Vladimir Putin, que lo convirtió en el hombre más poderoso de Rusia, luego de que Putin fuera un desconocido y oscuro jefe de la KGB.
La oposición no tiene un eje discursivo en su campaña electoral, en este sentido “El mago del Kremlin”, plantea algo profundo, inquietante. Señala que no se trata de hacer campañas publicitarias, sino trabajar con la información y la comunicación. Se debe inventar algo que todavía no existe”.
Es un enorme desafío el planteado: crear realidades e inventar algo que no existe. Eso hizo el partido gobernante (MAS), luego de la revuelta de octubre de 2019. Impuso una posverdad y la prensa, la gente, los analistas, y opinólogos internacionales siguieron el argumento del Golpe de Estado.
Putin le dijo a CNN (cadena estadounidense) sobre el secreto de su éxito, que no radicaba en campañas propagandísticas, sino en un elemento central, que es alimento indispensable para los ciudadanos: “Trabajar con la información me ha permitido, tener una visión más amplia y desarrollar algunas cualidades en el tacto y cercanía con la gente”. La información no es solo poder, es un arma imprescindible para cambiar a las personas, transformar o inventar nuevas realidades.
“La importancia de vuestras acciones sobre el campo de batalla no se mide por el número de ciudades que tomáis, se mide por el número de cerebros que conquistáis”, explicó el asesor de Putín.
¿Para qué la política? ¿Cuál es el objetivo del poder? ¿Qué es hacer política? Las respuestas que hemos escuchado son variadas: servir al pueblo, hacer gestión por la salud, educación, alimentación, etc. Pero hay algo más y con ello, se hace una síntesis de todas las respuestas posibles, cuando el boliviano está acosado por tantos problemas irresueltos.
“La política tiene un solo objetivo: dar respuestas a los terrores humanos”, destaca con solvencia el asesor de Putin.
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(*) Periodista y Lic. en Filosofía