FUENTE 1 (Contexto del 19/09/17, hrs. 13:15/ 18:00/ 19:00): https://www.youtube.com/watch?v=vUaRx4UBTS8
FUENTE 2 (Contexto 21/09/17, de 9:00 a 15:00 hrs. en Chimalpopoca y Bolívar): https://www.youtube.com/watch?v=Ivu7-tFWeP0
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Instintivamente nace la solidaridad, en los momentos más álgidos, en esos instantes el periodismo queda en segundo y tercer plano…regresa a ti, solo en los descansos (contactos y registro), claro con respeto porque también hay familiares buscando, luego sigues y sigues. Los latidos ciudadanos palpitan al unísono adelgazando el pellejo, es momento de hablar poco y actuar mucho. Ya después, habrá tiempo para escribir.
Hoy lunes 25 ya no estamos allí (Bolívar y Chimalpopoca), a un costado del Eje Central Lázaro Cárdenas), hace dos horas pasé por la zona y los civiles fueron retirados, continúo mi rutina cotidiana en el Centro Histórico –crisis incluida- y vuelven a mi cerebro en “flash back” detalles, escenarios, rostros, olores, etc. La semana transcurre continúan las réplicas, mientras repaso vivencias.
En el esfuerzo de jalar estructuras con sogas junto a otros voluntarios y amontonar restos en cubetas llamó mi atención: papeles, archivadores, cuadernos y registros, que surgían de los escombros. Alguien de arriba, para hacer espacio los quitaba y pasaba al que estaba al lado y así en cadena hasta mero abajo, me tocó recibir varios porque era el último- los puse en carretilla y recipientes, pero algunos soldados se percataron y me ordenaron que tales papeles fueran hacia un salón de la escuela (estructura vecina que había resistido el terremoto) para mi eran escombros pero caí en cuenta que había interés en papeles y documentos. ¿Qué historias oscuras tendrán? ¿Qué fantasmas los habitarán? Veo también en mi regresión rollos de telas blancas y sucias pero intactas, debió ser el sector de una bodega.
De pronto, el puño en alto de un rescatista de la vanguardia, y se multiplicaban en cascada otros puños arriba, entonces seguía un sepulcral silencio. Todos mirada fija, casi conteniendo el aliento, momento después otra señal y continuaba el incesante ruido de quitar escombros.
En medio de la tensión el sonar de mi celular (por el Wifi libre del lugar) y hasta que descargaba los escombros de mi carretilla y continuaba un relevo, entonces torpemente leía los mensajes…apenas contestaba -por el temblor de los dedos- Mario (civil voluntario) que estaba cerca mío, en el rudo ajetreo terminó por perder una uña de la mano.
Continuaba la intensidad de las llamadas, llegó un punto en que no sabía con quién o qué periodista estaba hablando, la interacción quedó registrada en la memoria del celular. Sin embargo, coincidieron dos reacciones rápidas, una de ellas: radio de Buenos Aires (Argentina), y la otra del colega Ezequiel de Santa Cruz (una década atrás nos habíamos conocido). En el fragor de la adrenalina increíblemente lograron pasar imágenes vía whatsApp de mi reporte de contexto –zozobra incluida-, además de una entrevista que hice a Mario, quien cuatro horas antes me introdujo a zona cero.
Apropiada la reacción de Ezequiel, quien con el escaso material recibido preparó un reporte internacional difundido, minutos después por su cadena televisiva. Igual comportamiento tuvieron los medios argentinos.
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