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BOLIVIA (BALOTAJE 2025): DEL FASCISMO QUE VIENE. Por Pablo Mansilla (*)

Fidel Flores by Fidel Flores
octubre 15, 2025
in Artículos de Opinión, Latinoamérica
0
BOLIVIA (BALOTAJE 2025): DEL FASCISMO QUE VIENE. Por Pablo Mansilla (*)

———- O ———-
La Paz (15/10/25). Jorge Tuto Quiroga quiere propietarios en lugar de proletarios, promete titulación individual de la tierra para destruir la base comunitaria del país. A punta de Washintones quiere acabar con el todo para quedarse con las partes. Pero su doble discurso no es inocente, dice que todos serán propietarios individuales y después se refiere a los territorios indígenas (comunitarios) como oportunidad de acceso a “bonos de carbón”, se dice preocupado por las emisiones de CO2, pero es el principal promotor de la expansión del agronegocio, en palabras de su vice J.P. Delasco: “Paraguay 2.0”.
Los “bonos de carbón” son parte de un mecanismo que busca mercantilizar un pedazo de bosque local para ser sumidero de CO2 (gas de efecto invernadero) que fue expulsado al ambiente por alguna fábrica en otro lugar del planeta. Esta abstracción absurda y mentirosa es parte de las falsas soluciones al calentamiento global, que lejos de resolverlo lo están incrementando, y se ha convertido en un negocio redondo para transnacionales, autoridades y operadores regionales. Pero, sobre todo, ha sido un mecanismo de despojo para comunidades que defienden el territorio. El proyecto Alto Mayo en Perú, con créditos de carbono forestales certificados por la empresa VERRA, expulsó a la propia comunidad de su bosque, porque los gestores consideraron que “molestaban” a la generación de más créditos de carbono. En la Reserva de la Biósfera de Montes Azules en Chiapas, se ha tratado de expulsar a los pueblos indígenas por años, iniciando una guerra de exterminio al declararlos “delincuentes” por defender su tierra. Los ejemplos son miles a lo largo del mundo, pero Bolivia recién entrará en ese derrotero porque el gobierno de Evo se opuso por muchos años a esos mecanismos.
Pero a los candidatos no les interesa el medio ambiente, en realidad quieren la titulación individual de tierras (latifundio) para favorecer a sus familias y a sus logias, como fue el caso del gobierno de facto de Añez, cuando su exministro Branko Marinkovic, actual primer senador de Libre, se apropió de 33 mil hectáreas de territorio indígena. No es casual que ahora, con los recientes casos de “avasallamiento” en Santa Cruz, hayamos visto portarse tan machito al Camachito o ver a Marinkovic (el mayor usurpador del territorio) acusar desaforadamente a los avasalladores de: TERRORISTAS. Esa palabra la conocemos bien, la utiliza el fascista Donal Trump para invadir países, la utilizó Tuto en el último debate cuando Rodrigo Paz le preguntó por qué se había reunido con el Consejo de Seguridad de EEUU (los militares) y él, muy suelto de ropas, dijo que era por el TERRORISMO.
Ese es el fascismo que viene, Tuto, heredero del dictador Hugo Banzer, representa los peores intereses de Estados Unidos e Israel y apoya a todos los movimientos desestabilizadores de gobiernos progresistas, es la cabeza visible de un proyecto que tiene por objetivo penetrar en territorios indígenas para dividirlos, incluso con títulos de propiedad individual, que les permitiría poseer legalmente grandes extensiones del territorio para deforestar, ampliar el agronegocio (soja y ganadería) y los monocultivos de biodisel. Pero lo más importante, para la mercantilización de zonas forestales por medio de “bonos de carbón”, gestionados desde el gobierno y certificados por la empresa EXOMAD (donde hasta el periódico el Deber tiene acciones) y, una vez que los territorios sean declarados “área prioritaria de captura de carbono”, desplazar a las comunidades que han vivido allí desde siempre, las cuales si no quieren salir o peor aún, si tratan de defender su territorio, serán declaradas TERRORISTAS.
Así la historia, espiral pendulante, vuelve a colocar el poder a la derecha. Pero las cosas han cambiado, los muertos de siempre ahora tienen voz, han gobernado, saben de leyes y tienen el gran poder de lo comunitario. Los derechistas, que lleva el fascismo en las venas, sabe cómo matar, por eso sus fortunas huelen a sangre del pueblo.
Al fascismo no se le discute, se le combate y no será fácil, pero tampoco será en vano.
———- O ———-
(*)
Arquitecto y escritor

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