Foto: Oscar Hassenteufel (TSE)
–Actividad que periodistas “sin ética” impulsan para beneficio personal.
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Santa Cruz (23/07/25). En tiempos electorales tan nebulosos y violentos la desinformación es un factor protagónico que impulsan ciertos programas periodísticos, porque eso les da rating (audiencia), a la par posibles contratos de publicidad, donde sus contenidos se yerguen poderosos e imprescindibles en un menú informativo que la gente cada día requiere y probablemente necesita para satisfacer sus emociones, sus ansías de conocer algo más, y sus curiosidades.
La desinformación es un arma que utilizaron los dictadores, los falsos demócratas, y tiranos en distintos tramos de la historia, quienes pusieron a su servicio a un ejército de periodistas, intelectuales y escribidores para que hablen a favor del régimen y realcen la gran labor que realizan. Lo hizo Stalin, Hitler, Videla, Banzer, Evo Morales y ahora lo vienen haciendo Ortega, Maduro, Trump, Bukele y otros personajes ambiciosos de poder.
En Bolivia el poder tiene su tropa de periodistas que han logrado construir posverdades o mentiras que dichas mil veces llegan a ser verdaderas. No lo han hecho por convicciones propias, sino por dinero, por un puesto de trabajo, por contratos millonarios con el Estado o para campañas.
Acaba de desatarse una campaña intensa de desinformación con el caso de la renuncia o licencia del vicepresidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Oscar Hassenteufel, sesgo liderizado por algunos periodistas de ambos lados, y que para la gente son notables, o destacados.
Sostienen una batalla dura, unos afirmando que fue renuncia irrevocable, los otros que es una licencia por enfermedad. La desinformación a flor de piel en manos de periodistas, a quienes hay que recordarles que la mentira nunca es noticia, no se pueden, ni deben manipularse los hechos y declaraciones.
Pero no solo juegan a eso dichos periodistas, sino que las instituciones que se supone deben dar certezas, alimentan la desinformación para mantener a la ciudadanía en un estado de zozobra, inquietud y en tinieblas. En este caso el TSE debe aclarar, rectificar o informar lo que está pasando con el vocal electoral Hassenteufel.
Tal ambiente es propicio para los que vienen accionando contra la democracia, sin importarles la paz, la convivencia, el desarrollo, solo satisfacer sus ambiciones de volver al poder.
“Tendemos a aceptar las pruebas que apoyan nuestras opiniones preexistentes. Tendemos a rechazar o ignorar las evidencias que desmienten nuestras opiniones. No nos preocupamos por la verdad sino por defender nuestro territorio”, precisa el filósofo y politólogo Jason Brennan en su libro Contra la democracia.
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(*) Periodista y Lic. Filosofía
