–La Parkita y Espectrito II
–Conocidos y queridos por la afición
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El 30 de junio pero de 2009, la lucha libre volvió a ser noticia, pero esta vez no fue porque algún gladiador haya triunfado en Japón o Estados Unidos, o porque haya caído alguna máscara legendaria y cotizada, en una trepidante lucha en tres emocionantes caídas, sino porque en misteriosas circunstancias, dos conocidos gladiadores, fueron encontrados sin vida, en un hotel de paso, en la populosa zona de Garibaldi, en el entonces Distrito Federal -hoy CDMX-.
Y fueron dos hermanos gemelos, que después de años de pasar por condiciones adversas, hambres, descalabros e indiferencia por muchos promotores, comenzaban un ascenso constante, que los había convertido en estrellas de la categoría “mini”, y que en ese momento, eran parte esencial de la AAA; los occisos fueron identificados como Alberto y Alejandro Pérez Jiménez, conocidos como La Parkita y Espectrito II, respectivamente.
¿Qué pasó?
Desde un principio, surgieron varias versiones, que gradualmente fueron desmentidas, ya fuera por las autoridades de la entonces Procuraduría de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), o por los mismos familiares y amigos de ambos gladiadores.
Pero lo que sí coincidían, eran que ambos andaban bebiendo en uno de los tantos los bares de la zona de Garibaldi, que ambos se hospedaban en el hotel “Moderno”, ubicado en Incas 9, en la Lagunilla, colonia Centro, y que en un momento de la borrachera, decidieron buscar compañía femenina.
Ya con la revisión de los vídeos del establecimiento, se dio a conocer que ambos hombres entraron al hotel y poco tiempo después, dos mujeres -una de ellas de edad avanzada- le dijeron a la encargada que iban a la habitación con ellos, y después de unas dos horas, salieron solas y una de ellas dijo: “los caballeros se quedan descansando…”.
Ya entrada la mañana, el personal de limpieza tocó la puerta para hacer el aseo, pero al no recibir respuesta, entraron a la habitación, donde encontraron a los dos hombres inmóviles, y al llamarlos no respondieron, avisaron a la policía.
Con las autoridades, se tomó nota que había latas de cerveza, ropa tirada por el suelo y los gladiadores ya habían dejado de existir,por lo que los cuerpos fueron trasladados al Servicio Médico Forense (Semefo), para iniciar las investigaciones correspondientes.
La autopsia reveló que ambos habían fallecido debido a un paro cardiorrespiratorio, causado por la mezcla de gotas oftamológicas con alcohol, lo cual provoca alteraciones en la frecuencia cardíaca, que en este caso causó la muerte, aunque también se mencionó que la sangre de uno de ellos tenía rastros de cocaína, lo cual fue negado por los familiares, ya que, reconocieron que ambos tenían problemas con su manera de beber, pero no consumían sustancias.
Las imágenes de las dos mujeres -que se presumió eran sexoservidoras y “goteras”, se reprodujeron en noticiarios, periódicos y las crecientes redes sociales-, pero lo que causó revuelo fue el físico de ambas y en el caso de una de ellas, su edad.
Las autoridades
La PGJDF, -el jefe de gobierno del Distrito Federal, en ese momento era Miguel Ángel Mancera-, señaló que ambos fueron “goteados”-, pero al tratarse de personas con talla y peso menor al promedio, causó que no solo quedaran profundamente dormidos, sino que les causó la muerte.
Pero en la prensa se revivieron varios casos con el mismo modus operandi, y sobre todo demostraron que en bares, cantinas y centros de diversión nocturna, operan mujeres -en la mayoría de los casos-, que se dedican a engañar a los clientes con promesas de servicios sexuales, para llevarlos a un hotel -e incluso los convencían a ir a sus casas u oficinas-, donde mezclaban gotas oftalmológicas con alcohol para drogarlos, y al perder el conocimiento y quedar profundamente dormidos, robarlos.
Diversas investigaciones periodísticas, sacaron a a la luz la existencia de bandas bien organizadas, que utilizan a mujeres jóvenes y guapas, para convencer a los clientes a salir a seguir bebiendo, ya sea a un hotel, a una casa o negocio, donde los drogan y una vez inconscientes, vacían sus tarjetas bancarias, roban lo que pueden, e incluso en ese “estado zombie”, los obligan a endosar facturas de autos o motocicletas.
Pero el hecho de ser asaltados por sexoservidoras, y el sentimiento de culpa o vergüenza y el tratar de evitar problemas con las esposas o la familia, estos delitos no son reportado a las autoridades, por lo cual hay una enorme cifra negra -delitos no denunciados.
Incluso, se mencionó el caso de un conocido diputado -del cual no se dio el nombre ni el partido-, pero se aseguró que fue seducido por una hermosa joven, en un bar de la zona exclusiva de Polanco, para después llevarlo a un hotel donde le robaron un reloj de alta gama, mancuernillas y otros accesorios de oro, así como una buena cantidad en efectivo.
O bien, el caso de un empresario estadounidense, quien llevó a dos jóvenes a su oficina, donde fue drogado y el botín robado fue bastante jugoso, 13 mil dólares en efectivo, piezas de arte, joyas y equipo de cómputo.
¡Estaban jurados!
Retomando el caso de los hermanos Mario y Alejandro, sus familiares señalaron que ambos eran casados y tenían hijos, sin embargo también eran alcohólicos y esa enfermedad hizo que ambos se separaran de sus respectivas esposas, pero fervientes guadalupanos, habían “jurado” no beber y esa era la razón por la cual vivían en hoteles, pero habían entrado a una etapa de recuperación, por lo que no entienden cómo estaban tomando, y lo que no aceptaban era que decidieran pagar servicios sexuales, pero sobre todo, con mujeres tan mayores.
Sus carreras
La vida de los gemelos fue dura, como muchos luchadores, no tuvieron muchos estudios y sí mucho trabajo; ellos solo habían terminado la primaria y de ahí se fueron a trabajar para ayudar en el gasto de la casa.
Su habilidad física y su gusto por el deporte de los costalazos los llevó a entrenar y a debutar pero sin mucho éxito, ya que los promotores no le daban importancia a la “lucha de enanos”, por lo que el trabajo era poco y mal pagado.
Pero fue a fines de los años 80 y principio de los 90, que el Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL), decidió darle un nuevo impulso a las categorías pequeñas, por lo que promocionó a “los minis”, con luchadores que no excedieran el 1.55 metros de estatura.
Pero fue con el nacimiento de la AAA, que se abrieron puertas para “los minis”, surgiendo un gran número de luchadores como Pequeño Halloween, Mascarita Sagrada, Los Espectritos I y II, y La Parkita -estos tres últimos eran hermanos-, entre otros tantos.
Ya en la AAA, la suerte les cambio a los tres, tuvieron funciones, giras y proyección en la televisión, siendo parte habitual de las funciones de la también llamada “Tres veces estelar”. Su carrera iba en ascenso pero la muerte cortó la historia de La Parkita y Especrito II.
De hecho, Pequeño Halloween mencionó que intentó comunicarse con La Parkita para proponerle una gira por Centroamérica, y El Espectrito I, sabía que “La pequeña huesuda”, tenía en puerta la firma de un contrato con Telcel, para usar su imagen en campañas publicitarias. Adicionalmente, los minis iban a participar en la promoción del “Teletón”.
Las versiones
Ya con la investigación en marcha, se interrogó a meseros, cantineros, músicos y personal de bares, y trascendió que ambos luchadores bebían y no llevaban sus máscaras; se empeñaron en que el conjunto musical los presentara como estrellas de la lucha libre hasta que abandonaron uno de los bares, y luego fueron vistos platicando con dos mujeres y ahí les perdieron el rastro.
Otra versión decía que ambos presumían que habían tenido una gira exitosa en Estados Unidos y que llevaban buen dinero en las carteras, por lo que negociaron con un hombre que no fue identificado, quien los convenció a irse a su hotel y él les mandaría “dos damas de compañía”.
Luego, en las grabaciones del Hotel Modelo, se les veía entrar, primero a ellos solos y a los pocos minutos, dos mujeres, una con evidente sobrepeso y otra entrada en la edad madura; horas más tarde, ellas salían diciendo que “los caballeros se quedan descansando…”.
Las goteras
Al estar sus rostros en televisión nacional, ambas mujeres entraron en pánico y trataron de esconderse, pero la falta de dinero y de pericia, las hicieron actuar con torpeza; fueron ampliamente identificadas y posteriormente aprehendidas por agentes de investigación, para presentarlas al Ministerio Público.
Ahí, la opinión pública conoció a Estela González Calva,”La Tía”, de 65 años, y a María de los Ángeles Sánchez Rueda, “La Gorda”, de 45. Ésta última, aceptó haber estado esa madrugada con los gemelos, pero que quien los intoxicó con gotas oftalmológicas fue “La Tía”, ya que su intención no era matarlos, sino dejarlos inconscientes para robarlos, pero algo salió mal.
La Procuraduría aseguró que este caso fue aislado y ambas mujeres no tenían relación con alguna banda de “goteras”, y menos con las conocidas y tristemente célebres “Las goteras”, banda bien organizada que fue desmantelada en 2007.
La intención -dijo “La Tía”-, era robar sus teléfonos celulares, ya que no tenían un solo centavo, además que las ofendieron y las engañaron pues no les iban a pagar por el servicio.
Finalmente, ambas mujeres fueron encontradas culpables de robo y homicidio culposo y condenadas a más de 40 años de prisión.
Pero esta resolución no dejó conformes a los familiares, ya que para ellos, no era claro el por qué, siendo domingo fueron a buscar servicios sexuales y con mujeres tan mayores y poco agraciadas, por lo que piensan que el móvil no fue el robo, sino el asesinato directo.
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(*) Investigador y periodista
