
———- O ———-
NIP y otros medios MX (CDMX 24/06/25). Con 349 votos a favor y 132 en contra, el Pleno de la Cámara de Diputados aprobó, en lo general, el dictamen que expide la Ley de la Guardia Nacional y reforma diversos ordenamientos legales en la materia.
En consecuencia, el parlamento en San Lázaro aprobó en lo general, la nueva Ley de la Guardia Nacional que otorga el mando pleno de este cuerpo de seguridad pública a la Secretaría de la Defensa Nacional.
Desde el inicio de la discusión en el Pleno comenzó también la confrontación entre los legisladores de la 4T y los de la oposición.
Los primeros ensalzaron el fortalecimiento de la seguridad pues sus elementos que, si bien son castrenses, tendrán capacitación policial y cursos en derechos humanos, mientras que los opositores remarcaron la militarización del país, y la fallida estrategia de abrazos y no balazos que desde el sexenio pasado evidenció su fracaso.
Ambos bloques mantuvieron firme su argumentación e insistieron en sus posiciones políticas.
El diputado de Morena, Julio Cesar Moreno, justificó el carácter militar al sostener que la Guardia Nacional contará con más de 100 años de experiencia del Ejército Mexicano.
Pero la oposición, en voz de la diputada de MC Laura Ballestros, insistió en todo momento en que se trata de una inaceptable militarización del país, uno de los ejes de lucha de Morena y que ahora traiciona ese principio de no a la militarización que siempre pregonó la izquierda mexicana.
Con esta propuesta la Guardia nacional se convierte en una institución plenamente militar bajo el mando directo de la Secretaría de la Defensa Nacional.
Incluso, el legislador priista Alejandro Domínguez criticó que Morena busque militarizar absolutamente todas las actividades púbicas del país para conformar un Estado autoritario y represor.
En respuesta el diputado del PT, Ricardo Mejía Berdeja, quien fungió como subsecretario de seguridad federal en el sexenio anterior, llamó hipócritas a los opositores porque siempre alaban en público a las fuerzas armadas pero las denostan en privado, dicen estar en contra de que actúen en tareas de seguridad, pero les ruegan que acudan a sus estados cuando no pueden con la criminalidad.
———- O ———-