
Foto: Grupo de niños y alumnos de la Profesora Deysi Cavero de Vargas (Escuela primaria Cnel. Miguel Estenssoro/Yacuiba).
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CDMX (enero 2017). Expandiendo el vuelo desde muy joven (17) y cabalgando vida, en sombras, luces y lunas ariscas, a diferentes intensidades continúo por escarpados senderos, desde la primigenia frontera (ubicada al sureste del corazón suramericano), caminando con pasos de autoconstrucción, pérdidas, evolución, utopías, sensibilidad, congruencia y también rezagos (propios de la condición humana).
En la carretera existencial fui descubriendo que la narración me permitía sumergirme en mis silencios y recuerdos, en habitar otras pieles y regocijarme o entristecerme en un sinfín de texturas añejas o contemporáneas.
Introspecciones de donde emergen iniciales momentos de evocación. A los 5 años ya iniciaba la Primaria (Cnel. Miguel Estenssoro) por la tarde, y para asistir a ella, en Yacuiba, apacible pueblo frontera, nos alertaba temprano el ulular de la sirena (Comisión Mixta Argentino-Boliviana) y posteriormente la inconfundible campana de la escuela ejecutada por Máximo “el portero de la boina”, su insistente “tan, tan, tan” sentaba sonora presencia en varias cuadras a la redonda.
Corrían finales de los sesenta y en el natural bullicio de inicio de clases, los padres acompañaban a sus hijos de nuevo ingreso un par de días, después todos iban y regresaban solos. En los recreos el infaltable partido de futbol (las hordas del 1ero “A” vs. el “B”) todos contra todos y acababa hasta que alguien volaba la pelota al patio vecino y esta regresaba, la mayoría de las veces desinflada.
Al término de la jornada escolar los niños con la energía, propia de la edad salían como potrillos (corriendo desbocados) hacia la calle Santa Cruz donde el juego continuaba, después paulatinamente se iban dispersando al retornar a sus hogares, en grupos o solos.
Una ocasión que se desató una “guerrita” con “honda/resortera y tártagos” entre persecución y contrataque sin darme cuenta me fui alejando hasta los arenales del cementerio del pueblo. De pronto no reconocí el lugar, me había perdido a los 5 años y así estuve dos horas. Anochecía y asustado lloraba cuando alguien me reconoció (en aquel pueblo de 8 mil habitantes todos se conocían), era Rubén Herbas un amigo preadolescente “Chiquii Floores” –me llamó- “vení, voy para la calle Sucre y Comercio…seguíme”. Y así fue, luego de caminar (lejanísimas ¿?) cinco cuadras ya estaba en casa, nuevamente riendo. No dije nada porque nadie había notado mi ausencia, solo registré con nitidez tal vivencia. Para siempre.
En casa con el tiempo, me gane el sobrenombre de “amiguero, callejero”, “siempre pataperreando” –me decían- no estaba consciente del señalamiento hasta mucho después. A los 9 había acompañado a mi madre en un viaje a Salta/Argentina por motivos de salud, como se tuvo que quedar y coincidió con un inicio de clases, sin dudarlo me llevó a la Estación Ferroviaria, y me encargó a un ocasional pasajero (Don Ayarde) embarcándome en el tren de vuelta a Pocitos/Salvador Mazza, eran otras épocas.
A los 12 ya estaba en Santa Cruz y Tarija, luego en un viaje más largo (por el eje central de Bolivia) por asuntos de comercio de mis padres. No dudaba un instante cuando me preguntaban ¿quieres ir? de inmediato aceptaba, así era: inquieto y aventurero.
Cuando surgía algún acontecimiento (fiesta patronal) o noticia curiosa Chaco adentro, me subía con otros niños a la parte de atrás (carrocería) de algún camión e íbamos a presenciar el evento o satisfacer la curiosidad. Supongo que tenía una facilidad para ser proactivo y empático con personas mayores, les caía bien, no me cobraban transporte y de alguna manera nos protegían. Mi precocidad fisgona me había hecho conocer a todos los protagonistas y personajes vitales de esos años.
A los 15 se hizo mi amigo Epifanio Ortiz un locutor profesional, el cual ante mi insistente interés me dio la oportunidad de hacer un programa de radio (limitado pero entusiasta) con Marito Balcázar, llamado “conexiones musicales”.
Dos años después terminé un conflictivo bachillerato, situación “rara y atípica” que en la adversidad cohesionó a padres e hijos. Un grupo de estudiantes había protagonizado una de las primeras “huelgas de hambre” en aquel distrito.
Era la promoción 79 que junto a sus padres (después de marchas y protestas) había llegado al extremo de lograr su incorporación a la Central Obrera Boliviana, haciendo efectiva la drástica huelga en instalaciones propias del organismo sindical.
Todo había comenzado con la expulsión del curso completo por indisciplina y solicitar un nuevo examen con Tribunal, en una materia donde nos reprobaron a todos. Viví con ímpetu dicho proceso, apoyando intuitivamente la resistencia y posterior medida, a pesar de estar convaleciendo de una reciente cirugía. De tales circunstancias conservo dos fotografías testimoniales. En aquellos aciagos contextos quedó registrada la solidaridad, desesperación, valentía, coraje y llanto de algunos padres. Al final nuestras peticiones fueron concedidas. Una victoria y experiencia inolvidable.
También, recuerdo el viaje de Promoción (vacaciones de invierno) con aventuras extremas incluida una donde (cerca de Cochabamba) casi se incendia el Bus donde viajaba el grupo, luego un viaje en avión, en tren, dormir en el suelo con un frío cercano a cero grados (La Paz), qué importaba si de fondo escuchábamos a Agnetha y Frida de Abba, interpretar “chiquitita”.
Luego ¿Salta o La Paz?, era el dilema para continuar estudios (apoyado por mis padres). La Argentina en ese tiempo transitaba uno de sus peores momentos (la guerra sucia y la dictadura militar) las desapariciones forzadas de civiles y estudiantes eran múltiples (luego se conocería la cifra de 30 mil).
En la Paz, luego de la asonada golpista del Cnl. Alberto Natusch Busch y su posterior renuncia, pensábamos había pasado lo peor, ya que se vislumbraba una tímida democracia, tal situación favoreció mi traslado a La Paz (un año) pero no fue así, el sistema democrático otra vez fue agredido, me tocaría vivir el último golpe militar en Bolivia en 1980 y sus nefastas consecuencias que ocasionaron muertes, exilios y autoexilios.
Así llegué al México de 1981 y de allí a otros países, pero siempre regresando a la histórica y cautivante Tenochtitlán, integrándome a su vida política y social (incluido conflictos). Y con el paso del tiempo a distintas actividades universitarias y laborales.
Sin buscar subterfugios, supongo que por mi carácter y consecuente idealismo no logré consolidar patrimonios económicos sólidos, pero si cultivar pensamiento crítico, inclusión, reflexión y pasión a través de clases y tertulias.
En retrospectiva sigo disfrutando del constante aprendizaje, de libros y medios que me aporten contenidos transparentes intensos y agudos. De la palabra hablada, escrita, declamada o cantada. De sus autores, de utopías por construir un mundo mejor, de causas quizás perdidas (pero solidarias). Gozo también de la música, la poesía, la historia, los análisis que diseccionan la sociedad para visibilizar injusticias y reclamos, Todo acompañado –claro- con un mate o café.
Hoy, me sigue causando gracia cuando me sorprenden ensimismado y abstraído, frente al ordenador/computadora escribiendo o hablando solo, en lapsos distintos, una y otra vez. ¡Qué manera de perder el tiempo, haz algo, pónte a trabajar! –solían decirme- Y Bueh!, qué les digo. A veces sigo siendo aquel sensible niño que curioso, soñaba despierto.
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REFERENCIAS DE CONTEXTO:
–Tártago (s). Planta de la familia euforbiáceas (Euphorbia lathyris), de tallo erecto, hojas opuestas, lanceoladas y fruto globoso. Dichos frutos son usados como munición de hondas/resorteras, los cuales causan menos daño, cuando impactan.
–Yacuiba. Ciudad capital de la provincia Gran Chaco (Bolivia) zona fronteriza entre Bolivia Argentina y Paraguay.
–Salta. Ciudad, municipio y capital de la provincia de Salta, República Argentina. La ciudad tiene una población aproximada de 500.000 habitantes, es la más poblada de la provincia y la séptima del país.
–La Paz. Ciudad de Bolivia. Sede del Gobierno.
(*) Periodista (Escuela de Periodismo CSG y Economista (Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Azcapotzalco).