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CDMX 8/09/24). Atravesamos el último mes del actual sexenio y regresa a nuestra memoria el accionar político prianista de anteriores décadas. Sobre todo, de un PRI creado e impuesto desde el Estado, con todo lo que ello implica (excesos, autoritarismo, corrupción y demás anomias).
Lo curioso es que los opinadores de las cadenas mediáticas y actores interesados, quienes contribuyeron a normalizar y matizar gobiernos del pasado hoy se rasgan las vestiduras (sic) “Por la dictadura en que vivimos, por el abismo y la inminente catástrofe a la que nos conduce la 4T”.
Como lo escribí en anterior artículo la reforma judicial que ya está en el Senado, será fundamental (de aprobarse o no) por el mensaje que se enviará a la sociedad. Con seguridad esta primera fase no va a limpiar de facto impunidad, abusos, errores y corrupción a los tribunales e instalar inmediatamente, un Estado de Derecho que no existe. Si continua tal innovación, será un proceso paulatino.
Sin embargo, el desenlace de la reforma será de infarto, todo se decidirá por un solo voto en el Senado considerando que la 4T tiene 85 de los 86 necesarios para su aprobación.
Volviendo al Estado y su papel, en países donde el sistema político es de democracia representativa (elecciones generales del ejecutivo y legislativo). Cuando en dicha competencia gana una mayoría que le otorga solidez y confianza al estado; los votantes están en su derecho de que, el papel del gobierno electo los favorezca. Sino para qué serviría la democracia (A propósito. una vez más recordemos el Artículo 39 de la Constitución “La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno“.
Por otro lado, en estos tiempos el crecimiento económico no pasa por cuestionar una fortaleza estatal, sino por la certidumbre y condiciones para generar ganancias. Es más, y no solo es mi opinión, sino la de otros economistas que, un Estado débil es contraproducente para los mercados. Ya que, en cualquier país los grandes capitales, e inversión extranjera directa requieren políticas públicas que den certeza económica, que combatan la inflación, que logren estabilidad política y social, entre otros.
En todo caso, la próxima presidenta, seguramente extenderá el ofrecimiento de garantías, incentivos y conexión popular, además de ratificar el tratado comercial con América del Norte (TMEC). Internamente continuará con una administración pública austera y eficiente, en el sentido de provocar cambios que la prosperidad exige. Los retos que se avecinan para el nuevo gobierno deberán traducirse en una conducción más eficiente y lejos del “oscurantismo” en todos los sentidos.
SOBRE EL CONTROL DE AUDIENCIAS
En este punto, hay que analizar contexto. Estudios recientes indican que solo 11 familias son propietarias de los medios corporativos de comunicación más poderosos del país, con ello se refleja una altísima concentración de contenidos sesgados y narrativas hacia la población mexicana. Dato cercano a los 14 multimillonarios de México que, a su vez concentran el 50 por ciento de la riqueza nacional. Obviamente la defensa de intereses económicos y la connivencia con gobiernos emanados del PRI y AN, saltan a la vista.
La conferencia de prensa “mañanera” de AMLO, su estilo y carisma comunicativo, se convirtió en el único contrapeso real a medios tradicionales, incluida su comentocracia (medios que vieron disminuidos sus ingresos en dos terceras partes). Por cierto, dichos comunicadores durante todo el sexenio practicaron “nado sincronizado” y una evidente anti pluralidad, exhibiendo servilismo al poder económico, con agendas políticas agresivas , y en algunos casos envileciendo y ensuciando el debate público (a través de noticias falsas y calumnias sin pruebas).
Todavía falta mucho por construir y deconstruir en políticas públicas de comunicación. Por lo que, los retos para el próximo gobierno estarán en relación a la pluralidad en los medios, a la publicidad oficial en nuevos escenarios de tecnología virtual, a la protección eficaz de los periodistas y a la lucha contra la impunidad, entre otros.
Finalmente, los medios públicos aún no han sido fortalecidos lo suficiente en recursos, ingresos, derecho a la información, etc. para iniciar una sana competencia contra los consorcios mediáticos. Por lo que el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo debe resolver -repito- la transparencia en todos los medios, además de reglas claras para una distribución de publicidad oficial, que beneficie a todos.
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(*) Periodista (EP. CSG) y economista (UAM-A)
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Un artículo con 99.99% de exactitud… Un México que no puede pasar desapercibido del mundo y una transición que lleva a una política nunca antes vista en México socialmente…
Gracias! Rogelio por leernos, un abrazo hasta la benemérita Puebla