–Escritor adelantado a su tiempo
–La fama y el reconocimiento, después de muerto
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Al igual que muchos genios que han irrumpido en el arte o en el deporte, la historia de H.P. Lovercraft se ajusta al tipo de personas diferentes, que crean un mundo aparte al convencional y que, si bien es cierto, en vida no tienen el reconocimiento y el éxito que se merecen, la fama y el reconocimiento llega después de la muerte, cuando generaciones posteriores, más abiertas y con una visión diferente, les dan el reconocimiento y la fama de forma póstuma, misma que en vida se les negó.
Nacido con el nombre de Howard Phillips Lovecraft, un 20 de agosto de 1890 en Providence, la capital de Rhode Island, en Estados Unidos se le recuerda como un chico un tanto callado e introvertido. La relación con su madre no fue la mejor, pues ella -que se llamaba Sara Susan-, era una mujer ultraconservadora, de fe puritana, que irónicamente no daba muestras de afecto y cariño a su hijo, pero que lo protegía al exceso, lo cual explica el comportamiento un tanto antisocial del futuro escritor.
Se cuenta que el aún niño Howard, pasaba horas leyendo, caminando por parques y senderos con árboles frondosos, pensando, echando a volar su imaginación, pero gracias a la relación con su abuelo Whipple Van Buren Phillips, con quien leía los clásicos de la mitología griega y helénica, fue creando un mundo fascinante de dioses antiguos, imaginando complejos ritos religiosos, con los cuales formaría un universo literario, donde cabían historias diferentes pero enfocadas a realizar complejos ritos para venerar a una especie de pulpo gigante, con cuerpo humano, un ser venido de las estrellas, que habita en las entrañas del planeta tierra.
H. P. Lovercraft fue un niño genio, pues desde que los dos años de edad ya sabía leer (y leía poesía), y a los seis años comenzó a escribirla. A los trece años comenzó a escribir relatos cortos, artículos y columnas en periódicos locales, donde fue dándose a conocer poco a poco, incluso llegó a ser escritor fantasma (un profesional que escribe bajo el nombre de otra persona), hasta que se desarrolló el mito literario con el cual revolucionó la literatura de terror y ciencia ficción.
En el aspecto personal, H.P. Lovercraft vivió tres momentos decisivos que marcaron tanto su vida personal como su profesión de escritor; siendo aún un niño, la muerte de su padre, quien falleció en un hospital psiquiátrico – de ahí los elementos de la locura en algunos de sus relatos-.
Siendo adolescente, la muerte de su abuelo -con quien tenía un fuerte lazo afectivo-, y que lo llevó a pensar en el suicidio, y ya como joven adulto, el matrimonio con una mujer de origen judío, siete años mayor que él y de quien se tuvo que divorciar por problemas económicos, la falta de un trabajo estable y la inestabilidad en sus ingresos, provocaron que la relación terminara de buena forma.
EL INCIERTO MUNDO LITERARIO
Los relatos y cuentos de Lovercraft se basan en el misterio, en el horror pero a diferencia de escritores de su época, su terror no se encuentra en elementos sobrenaturales, como fantasmas y almas en pena, sino en seres extraterrestres, seres que llegaron al planeta tierra desde tiempos ancestrales, que en realidad eran dioses, y que permanecían ocultos en las entrañas de la tierra, pero dejando huellas en textos tan antiguos como las primeras civilizaciones, y que gracias a complejos ritos chamánicos, esperan su resurgimiento y la implantación de una terrorífica nueva realidad.
La serie que hoy se cataloga como “Los Mitos de Cthulhu”, suman trece relatos en total, destacando “La llamada de Cthulhu” (1926), “El color venido del espacio” (1927), “El caso de Charles Dexter Ward” (1927-1928) o “En las montañas de la locura” (1931).
Lo interesante es que cada relato es independiente, es decir, cada uno de ellos se puede leer de forma independiente, pero el miedo que causa la certeza de que elementos del espacio exterior llegan a la tierra con el fin servir y de volver a la vida a un extraño ser que permanece en una vida latente, está presente en cada uno de los relatos.
Este monstruoso ser, de poder infinito, que desea volver a la vida pero que depende de sacerdotes y complejos rituales, que se encuentran en antiquísimos libros, escritos en griego antiguo y que se encuentran perdidos o en poder de unos cuantos que están ocultos en las sombras de misteriosas hermandades y cofradías.
Entonces, le dan este carácter histórico, de hermetismo, de una existencia herética, que incluso, algunos lectores se confunden y piensan que en verdad existen y le dan a Lovercraft el carácter de investigador/historiador, siendo que no es así, sino que es la forma en que el escritor estructuró este universo místico, extraterrestre, pero que en realidad es mera ficción.
EL NECRONOMICÓN, EL LIBRO MALDITO
El caso más interesante es la aparición póstuma de “El Necronomicón”, obra publicada en 1938, un año después de la muerte de Lovercraft. En él, el escritor narra en primera persona las aventuras de su autor, a quien identifica como “El árabe loco”, Abdul Alhazred, quien es testigo de un complejo ritual de alta magia, donde mezcla datos verdaderos.
“El Necronomicón” cuenta que “El árabe loco” (que en realidad es un seudónimo que usó en su juventud), fue testigo de una serie de complejos ritos de magia, pero incorpora datos ciertos, como elementos del idioma griego antiguo, y luego cuenta la historia de un libro maldito, pues asegura que quien se atreve a leerlo, tendrá un terrorífico final con la locura y posteriormente la muerte.
Este libro, narra, que fue recopilado por filósofos y magos a lo largo de la historia, hasta que en la edad media fue prohibido por la Iglesia Católica, y las pocas traducciones que existen, fueron celosamente resguardadas en monasterios y en viejas universidades europeas, pero algunos personajes, hechos y lugares que aparecen, sí existieron en realidad, además -como lo hace en otros relatos-, asegura que solo algunos ejemplares aún se conservan pero están perdidos y es casi imposible acceder a ellos, por la maldición que lleva su sola lectura.
Y aunque parezca increíble, hay gente que en realidad cree que “El Necronomicón” sí existe y que es un tratado de la alta magia, y que efectivamente, quien se atreve a leerlo está condenado a la locura y posteriormente a una muerte horrible.
EL LEGADO
H.P. Lovercraft, fue un escritor adelantado a su tiempo, que combinó de forma magistral el terror, el misterio y la ciencia ficción, creando un universo propio, complejo, lleno de datos históricos, capaz de confundir cuentos netamente ficticios, con tratados de magia. Incluso, hay personas que han dedicado años en la búsqueda de algún ejemplar de “El Necronmicón”, y como es de esperarse, sin éxito.
Lovercraft murió el 15 de marzo de 1937, en el anonimato y en la pobreza, y fue años más adelante, cuando las nuevas generaciones releyeron sus obras, que se le brindó el papel que merecía, como uno de los íconos y revolucionarios de estos géneros literarios, que los mezcló y creó un complejo mundo literario.
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(*) Periodista y crítico literario UAM-Azcp.
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