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CDMX 30/05/24. A lo largo de más de 3 décadas y 2 previas candidaturas (experiencias amargas y extremos), el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) labró su camino vía democrática a la Presidencia de la República, considerado por unos como *“animal político” y por otros como “fajador político”. Esta última acepción describe (en el box) a quien tiene capacidad de aguante, es capaz de afrontar contrariedades y crecer en el enfrentamiento directo.
Estas cualidades, entre otras lo condujo a enfrentar a la élite (poder económico), aplicando desde un inicio su proyecto de nación, además de gobernar con todo lo que ello implica: convicción, errores y excesos incluidos.
Se puede entender que en las presentes campañas los candidatos acudan al tremendismo, exageración y doble rasero, pero que intelectuales críticos a la gestión de AMLO invoquen el voto masivo para “salvar a la democracia” es ridículo, como si no tuviéramos memoria para hacer contrastes y decidir.
Ya ni hablar de conductores de radio y televisión que siguen líneas editoriales cercanas a la oposición *(PriAnista), en la mayoría de los casos se exhiben solos, para ellos no es válido, analizar la realidad (causas, efectos y contextos) sino lo valioso es exaltar ira y polarización, además de gestionar recelos, miedos y pasiones. Incluso, antes de que sean las elecciones van mencionando (socializando) una posible impugnación electoral.
Por otro lado, en casi todos los países del continente el negocio de los medios grandes fue convertirse en actores políticos, ellos son parte de grupos empresariales (o políticos con intereses) que anteponen el lucro al bien común o interés público. Van tras sus propios mensajes y contenidos para satisfacer de manera ilusoria la necesidad de información de su audiencia, aún con discursos sesgados y marcos interpretativos favorables a sus narrativas.
Así las cosas, arribamos al final (a 4 meses) de la actual gestión presidencial, esta rompió la inercia de anteriores gobiernos que con perversas anomías y connivencia se habían alejado de las bases, entre los aciertos de AMLO está precisamente su cercanía a las mayorías (bajo el lema, “primero los pobres”), lo cual lo retribuye altos índices de aprobación y popularidad.
Un antecedente histórico nos indica que, desde las primeras décadas del siglo pasado, el régimen que emergió de la Revolución Mexicana, perdió su vocación progresista, surgiendo una estructura política viciada, y que a futuro generó contextos de corrupción en casi todos los lugares y entornos de la sociedad. Si bien el Porfiriato había terminado, apareció una nueva oligarquía ansiosa de riqueza y poder, sin importarle las necesidades económicas, sociales y culturales de la población de a pie.
Así que la supuesta narcodictadura, el pésimo manejo de la economía, el desborde de la violencia, el daño ocasionado a empresarios (solo por cobrarles impuestos que eludían pagar por privilegios, entre otros) y que la oposición actual pregona, se cae por su propio peso.
En esta elección hay dos proyectos diferentes, La 4ta. Transformación que busca, primero, consolidar un cambio de régimen sin violencia y después, prosperidad compartida continuando con políticas públicas que bajen la pobreza y desigualdad. Del lado de la oposición no acabaron de construir un proyecto de nación, no tienen una alternativa programática y su praxis política, se basa en descalificar a López Obrador.
Finalmente, este domingo hay que salir a votar porque precisamente la democracia solo tiene sentido si se puede elegir libremente entre dos (o mas) proyectos o modelos de nación.
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*Animal político o cívico (Etimológicamente del griego Zoon politikón). Concepto creado por Aristóteles donde afirma que el hombre es por naturaleza un animal social, y que el insocial es un ser inferior o un ser superior. El hombre posee la capacidad de relacionarse políticamente, es decir, crear sociedades y organizar la vida en ciudades, a partir de ahí se derivan sus comportamientos y objetivos.
*PriAnista. Partidarios del Partido Revolucionario Institucional y de Acción Nacional.
(*) Periodista (EPCSG) y economista (UAM-Azcapotzalco)
