—El ocaso del Sol Azteca
—Enormes posibilidades de que pierda el registro
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En el mundo deportivo, generalmente la crítica y los analistas voltean los ojos para analizar a los punteros de las competencias de las diferentes ramas deportivas, y muy pocas veces, el análisis se centra en los equipos coleros, aquellos conjuntos que suman derrota tras derrota y que dependiendo de la liga, pueden descender a una categoría inferior.
Para ser más claro, la prensa que analiza a la NFL, pone los ojos en los campeones divisionales y los pronósticos se basan en los juegos del play off, y pocas veces, el análisis se va a los equipos que pelean por no quedar en el fondo de la tabla y que por consecuencia, tendrán las primeras selecciones del próximo draft.
Lo mismo sucede con las ligas de fútbol, la mirada en España se centra en el desempeño del Real Madrid y Barcelona, y rara vez se voltea a ver a los equipos que pelean por no perder un lugar en la máxima categoría, pero ¿qué pasa en la política mexicana?
La mayoría de los analistas examina con lupa el papel de las candidatas punteras, Claudia Scheinbaum por la coalición entre el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM).
En esta coalición, Morena es el partido que por sí solo, garantiza el triunfo de la “Jefa Claudia”, ya que la intención del voto, medida por al menos 10 casas encuestadoras, auguran que la preferencia del voto se encuentra entre el 48 y el 51 por ciento, entonces si Morena tiene el potencial de ganar con holgura las próximas elecciones presidenciales, ¿para qué realiza un pacto político con el PT -que tiene un 3 por ciento de la intención del voto-, y el PVEM -4.7 por ciento-?
Según la opinocrácia mexicana, Morena necesita de estos institutos políticos para garantizar la mayoría tanto en la Cámara de Diputados y en la de Senadores, lo que necesitan para lograr aprobar todas las reformas pendientes del actual presidente Andrés Manuel López Obrador, y que hasta hoy no han podido lograr.
Y en el otro frente de batalla, el llamado”Va por México”, formado por el Partido Acción Nacional (PAN), el Partido Revolucionario Institucional (PRI), y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), sin embargo esta alianza no levanta y se encuentra en un lejano segundo lugar con su polémica candidata Xóchitl Gálvez, quien según diversas encuestas, se encuentra al menos 25 puntos por debajo de Claudia Sheinbaum.
Pero la brecha en la intención del voto, entre estos tres partidos también es amplia, ya que el PAN, se localiza entre el 19 y el 21 por ciento; el PRI, se estima que logre entre el 9 y el 11 por ciento de la próxima votación y el más endeble de todos es el PRD, quien -léase bien-, se espera que obtenga entre el 2.4 y el 2.6 por ciento de la votación, es decir, si esta tendencia se mantiene, ¡el PRD perdería su registro!, al no lograr al menos el 3 por ciento de la votación total.
Hundidos en una crisis interna que parece no tener fin, acrecentada por la renuncia al partido de Luis Espinoza Cházaro, líder de la bancada amarilla en la Cámara de Diputados, con una dirigencia cuestionada y con un electorado que ve en Morena al verdadero partido de izquierda, pareciera que los días del PRD, están contados.
Según los análisis de oraculus.mx, página web que se dedica a medir los resultados de las casas encuestadoras más importantes, los resultados para el partido amarillo no son nada alentadores. La metodología toma en cuenta los resultados de las encuestas realizadas mes con mes, se dividen y el resultado da una predicción con un margen de error de 2 o -2 puntos porcentuales.
Por ejemplo, tomando en cuenta los estudios realizados en agosto de 2023, Mitofsky le da un máximo de 5 por ciento de la preferencia electoral, y Simo, el 1%; y si se suman los dos resultados (6), y se dividen entre 2, la intención de voto para el PRD, es de 3 por ciento, justo para mantener el registro.
Pero si se suman los resultados de varias casas encuestadoras, entre ellas Mitofsky, El Financiero, Simo, Reforma o Covarrubias y Asociados, la preferencia electoral del PRD para las próximas elecciones, se sitúa entre el 2.4 y 2.6 %, lo cual haría que perdiera el registro a nivel nacional.
De hecho, el histórico de este partido ha ido lenta pero imparablemente a la baja; en las elecciones presidenciales de 2018,- ya en alianza con el PRI y el PAN- obtuvo el 3.1 de la preferencia electoral,lo cual marca una caída del 1.4 % a la baja, y del cual parece no poder reponerse.
En tanto, diferentes notas periodísticas han dado fe de la inconformidad de algunos cuadros panistas y su alianza con el sol azteca, ya que no les garantiza elevar la votación a Xóchitl Gálvez, ni contar con cuadros territoriales, adicional a que estadosque fueron bastión de la izquierda como la CDMX y Michoacán, ahora están en manos de Morena.
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(*) Docente e investigador UAM-Azcapotzalco
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