La ley protege a los trabajadores, pocas veces se respeta
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Pocos casos son tan trágicos y mediáticos, como los que combinan la muerte de gente inocente, la negligencia de las autoridades y la prepotencia y cerrazón de muchos particulares; quizá la tragedia más recordada es la ocurrida en la Guardería ABC, en junio de 2009, donde perdieron la vida 49 niños pequeños y 106 resultaron heridos.
Por desgracia, no ha sido la única. En noviembre de 2010, una de las tragedias más mediáticas, que despertaron la indignación social, que movilizó a la sociedad para salir a las calles a marchar, que presionaron a las autoridades y obligaron a la empresa involucrada, a aceptar un millonario arreglo con los familiares de las víctimas, además que marcó un precedente en varios ámbitos en materia laboral, dejando al descubierto los abusos y las malas decisiones que afectan a muchos trabajadores.
El miércoles 10 de noviembre de 2010, a un grupo de trabajadores de la empresa Coppel, ubicada en el centro de Culiacán, en Sinaloa, se les pidió “apoyo” para realizar un inventario en el turno nocturno, por lo cual, la mayoría de las presentes se vieron forzadas a aceptar.
Y entrecomillamos “apoyo”, porque a decir de muchos empleados y ex trabajadores de esta empresa, tienen que participar en diferentes acciones que se encuentran fuera de las funciones para las que fueron contratados, como en este caso, quedarse en el turno nocturno para realizar un inventario.
Esa noche, alguien cerró los accesos al sitio donde se encontraban realizando el inventario, y de manera inesperada, según el peritaje de Protección Civil estatal, un corto circuito comenzó un incendio en el primer piso y en poco tiempo se avivó con plásticos y telas, expandiéndose a toda la tienda.
En la planta alta, varias trabajadoras vivieron momentos de pánico y desesperación, ya que los accesos para poder salvar la vida, estaban cerrados por fuera, las cortinas bajadas, lo que trajo como consecuencia que los bomberos no pudieran acceder por al menos cinco horas, de hecho, no se tenían noticias de que había trabajadores en el interior.
El saldo fue de seis trabajadoras muertas debido a la conflagración, pero lo que más indignó a colectivos y en general a la sociedad civil, fue que algunas trabajadoras se comunicaron con sus familiares para informarles que se estaba quemando la tienda, y despedirse, porque iban a morir.
Las versiones de ex trabajadores y empleados actuales invadieron los medios de comunicación, Coppel y otras grandes empresas caen en irregularidades y abusos, ya que presionan a sus empleados a realizar labores que no figuran en sus contratos, y que en teoría son actividades no remuneradas, es decir no se pagan horas extras, pero son voluntarias, como apoyo a la empresa, es “ponerse la camiseta”, pero decir de ellos, sí hay presión por parte de los mandos medios para “apoyar”, pues es una condicionante para que el trabajador pueda tener algunos beneficios, como elegir su día de descanso, tener permisos para llegar tarde, o presentarse en un turno diferente.
En el caso de Coppel, la atención de los medios de comunicación, la presión de la sociedad civil y el darse a conocer una cadena de irregularidades, como mantener a las trabajadoras encerradas, sin llaves o herramientas para evacuar en caso de emergencia.
Pero hay grandes corporativos que son acusados de diversas irregularidades y abusos laborales, y a pesar de haber recibido exhortos y hasta millonarias multas por parte de las autoridades correspondientes, siguen incurriendo en las mismas.
Desde 2010, el colectivo “Proyecto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales A.C”. (ProDESC) , hizo público lo que es un secreto a voces en el sector de trabajadores que han laborado en Walmart: los empleados tienen que realizar funciones para las que no fueron contratados, como por ejemplo, colocar la mercancía en los anaqueles que les corresponde, los hombres deben ayudar a la descarga de los camiones que llevan la mercancía, las cajeras en ocasiones no salen en su horario, si es necesario y dependiendo del número de clientes que hay en la tienda, deben quedarse horas extras.
Los empacadores son voluntarios y no tienen sueldo; hace algunos años, los “cerillos” -como se les llama coloquialmente-, eran jóvenes que se encontraban estudiando y de esta forma se hacían del dinero suficiente para apoyar con los gastos del hogar, pero posteriormente se le dio preferencia a adultos mayores, que bajo la misma fórmula, de ser voluntarios, ganaban algo de dinero a base de las propinas.
Nombres como Coppel y Walmart llaman a los medios de comunicación, son difundidos gracias al tamaño de los negocios, pero ¿qué pasa en pequeños comercios?, ¿con meseras y personalidad de seguridad en antros y cantinas?
Uno de los casos que llaman la atención es de los trabajadores de antros y cantinas, ya que muchos meseros no cuentan, ya no digamos con prestaciones de ley, sino con un salario base y sus ingresos son gracias a las propinas que dejan los clientes, igual que las personas que cuidan los autos de los clientes -los viene-viene-, o el personal de seguridad, que en ocasiones deben usar la violencia, pero que no cuentan con el respaldo legal en caso de alguna demanda en su contra, o gastos médicos si resultaran heridos en una pelea.
En redes sociales, se viralizó el caso de una joven mujer que trabajaba en el turno nocturno en un call center, y que a decir de ella, la supervisora ya había decidido darla de baja, sin embargo esta trabajadora quedó separada de la empresa a mitad de turno, por lo cual, los elementos de seguridad la sacaron de la empresa a las tres de la mañana, dejándola en la calle, sin respetar los más mínimos criterio de seguridad.
En pleno Siglo XXI, los abusos realizados por diversas empresas, la presión a la que se someten a muchos trabajadores a los que no les queda más remedio que aceptar las condiciones que les imponen con tal de tener empleo, son la constante y de ahí surge un par de preguntas…. ¿Hay que pasar por alto estas situaciones con tal de que las empresas mantengan sus inversiones?, ¿o es necesario que las empresas cumplan con la ley, aunque esto haga que reduzcan su platilla laboral?…
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(*) Docente e investigador
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