(Ensayo)
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CONTEXTO:
Así empezaba un poema que me mostró mi padre por el año 2018, yo tenía 16 años. Me hizo escucharlo y yo, pues, lo hice. En su momento no le di mucha importancia; me llamó la atención la forma en que el autor recitaba su poema. Cuando llegué a mi casa le conté a mi madre sobre el poema que me mostró mi padre, y ella me habló sobre el autor: Mauricio Redolés, y me contó que ese poema, llamado “Bello Barrio”, pertenecía a un disco homónimo del poeta. Mi madre intentó buscar el cassette, pero no lo encontró.
Pero de verdad me llamó la atención el poema, así que lo escuché otra vez, esta vez por mi cuenta. Me gustó, pero no entendía de qué se trataba, así que, al terminar, busqué la música que me gustaba y seguí mi día normalmente. No dejé de escuchar el poema, al contrario, lo escuché otras veces, pero siempre tenía el mismo cuestionamiento: no sabía de qué hablaba.
Pasó un año (principios de 2019), y Spotify me recomendó una canción de Redolés, esta vez era “Chileno Feo”, de su disco “Química (de la lucha de clases)”. En esos tiempos estaba muy pegado a The Clash, Los Prisioneros, El Blues y el Jazz. Al terminar de escuchar la canción, la volví a poner, ¡Era increíble!, era divertida, era sincera, era original. Por curiosidad, ya buscando más sobre el poeta/rockero, recordé cuando mi madre me dijo que él tenía un disco maravilloso… ¿Cómo se llamaba?… ¡Ah, sí!, Bello Barrio
Afortunadamente estaba en YouTube, así que lo escuché y… bueno, me pareció interesante, pero no le di mucha importancia. Me gustó la primera canción “El Blues de Santiago”, obviamente el poema “Bello Barrio” que ya conocía, y el último corte del disco “Mis canciones”, del cual una de sus frases se me quedó pegada “Mis canciones nunca golpearan los charts, por eso las quiero más… porque a la gente le gustan… por un rato nomás… las inflan por un rato, pero después se olvidan…”. Me gustó mucho porque fue lo que sentí con el disco… las canciones me gustaban, pero no se me quedaban en la memoria, no eran tan llamativas melódicamente como otras que escuchaba en esos tiempos (pronto me di cuenta que ese corte pertenecía al primer disco de Mauricio “Canciones y Poemas” de 1985). En fin, me pareció un trabajo interesante… pero no me llamó tanto la atención el hecho de que incluyera canciones y poemas en un mismo disco… no lo encontraba tan trascendente y consistente.
Pasó un tiempo y quise darle una vuelta más al disco, mi madre dice que es maravilloso, quizás me perdí de algo (como me ha pasado con Loveless de My Bloody Valentine, Parklife de Blur, Badmotorfinger de Soundgarden, entre otras muchos discos y bandas). Total, puse el disco y escuché atentamente cada canción y poema… y era increíble, los poemas eran muy profundos, las canciones eran geniales también, y el concepto del disco era un corazón abierto que pocas veces he vuelto a ver (o escuchar), pero no sólo eso, sino que el conjunto de esos tres factores era legendario, era vanguardista, era novedoso, era adelantado… era revolucionario. Yo escribo poemas desde los 9 años, pero nunca he tenido la influencia de un poema como el de Bello Barrio (quizás con The Raven de Edgar Allan Poe), y durante meses intenté, en vano, escribir un poema tan bueno como “Bello Barrio”.
TESIS:
Esta vez debo escribir una columna argumentativa para Lenguaje; Y… ¿saben? Pude haber escrito sobre cualquier tema que diera pie a debates largos y agotadores, pero decidí hablar con el corazón abierto, como lo hizo Redolés en Bello Barrio. Yo no soy muy seguidor de la música chilena pop (a pesar de que me gusta mucho la música folk, pero, claro, no es pop tal como lo conocemos), sin embargo, Los Prisioneros son (junto a The Smiths) mi banda favorita, y adoro todos los discos que el trío de San Miguel hizo, pero si me preguntan ¿Cuál es el mejor disco de la historia de Chile?, debo quitarme mi camiseta de Jorge González y decir, con el corazón abierto: Bello Barrio de Mauricio Redolés.
ARGUMENTOS:
El vanguardismo siempre ha sido un punto de partida para los movimientos artísticos, incluso hay quienes han construido su legado en éste, como Pablo Neruda, que le hizo ganar el Premio Nobel de Literatura en 1971. Otros grandes vanguardistas fueron Pablo Picasso, Vicente Huidobro, Rainer Maria Rilke, e incluso en la música con gente como Lou Reed y bandas como Joy Division, The Smiths o Pixies. A estos artistas se les da un poder innovador, a tal punto que hay veces que estos no lograron salir del “Underground” … pero muchas veces en este underground está pasando lo más interesante, como pasó con Lou Reed con su disco The Velvet Underground And Nico, que, de hecho, en su tiempo no fue un éxito, pero, como dijo Brian Eno, “Todos lo que compraron una copia de ese disco formaron una banda”; al día de hoy se ha consolidado y es por muchos críticos uno de los mejores discos de la historia. (véase 500 mejores discos de la historia por la revista Rolling Stone).
Justamente ese es el caso de Mauricio Redolés. Hoy en día hace conciertos y está consolidado, pero cuando lanzó Bello Barrio, el éxito fue dentro de la escena underground. Pero… ¿qué lo hacía diferente? ¿qué lo hacía vanguardista? Al fin y al cabo, eran poemas y blues rock ¡Blues Rock! No es muy innovador. Pero Mauricio Redolés logró innovar en esto, pues tomó el blues rock de bandas clásicas de los 60s y 70s, y los llevó a la realidad chilena de esos años (1986), una sociedad atacada por una dictadura neoliberal (a la que luego los jóvenes se revelarían) que destruyó tanto la economía como la misma sociedad. Y no sólo eso, sino que combinó poemas y rock, algo que nunca he visto en el género; es innovador, es adelantado. Lo más cercano a eso fue Jim Morrisson cuando protestaba en los conciertos (aunque no ausente de polémicas, como por ejemplo ser tildado de “rebelde sin causa”), pero este no era un concierto, este era un disco. Por supuesto que es novedoso. Es un auténtico desafío artístico (Argumento causa-efecto).
“La cultura oficial sale a tu encuentro, pero al underground debes ir tú” ~ Frank Zappa
El contenido profundo del disco es increíble. Tomando el contexto de la sociedad chilena de los años 80s, Mauricio retrocede a sus años como joven, donde se le miraba raro por escuchar blues yankee, como en la canción “El Blues de Santiago”, donde ataca a los viejos verdes con la cruda canción “Ciertos Especta Culos en Santiago de Chile”; nos cuenta su experiencia como preso y torturado político en “Triste Funcionario Policial”; nos da algo más interesante como “Nutrias en Abril”. Por el lado poético, nos abre su corazón igualmente, contándonos “La persecución del poema y la poesía, según mi padre conmigo jugando fútbol” del poema homónimo; otros poemas como “No importa”, que llamó la atención por incluir la frase “Viejos culia…”; mi favorito “Verde susurro pa’ Georgina” donde cuenta parte de sus experiencias como exiliado en Reino Unido, y ¿cómo no? Bello Barrio, que nos relata cómo era la realidad en un Barrio al suroeste de Santiago de Chile antes del Golpe de Estado de 1973.
Frases crudas como “Barrio donde las chimeneas echan oxígeno, y la gente puede perder un paraguas, pero nadie le devuelve una metralleta conchetu…”, “Acá el presente no ha acontecido, es más aún, las balas que desgarrarán los tiernos pezones de los desaparecidos aún son plomo en lejanas minas de un continente no descubierto”, o “En donde las librerías de viejos están llenas de obras que luego la memoria tendrá que someter a la fantasía” son realmente desgarradoras.
Todo el disco ronda el concepto de Mauricio Redolés, ya sea su vida, su pasado, su presente e incluso nos puede dar, en su poesía, como en “Descripción de la casa de Harrow Road para el Año 2580” de lo que él cree que será su futuro. (argumento emocional) (argumento en hechos).
CONCLUSIÓN:
Generalmente cuando pensamos en “el mejor disco de la historia de Chile” se nos vienen a la mente trabajos como “Las Últimas Composiciones” de Violeta Parra, “El derecho de vivir en paz” de Víctor Jara. De los Prisioneros, los más recordados son “La Voz de Los ‘80” y “Corazones”; otros piensan en “Alturas de Machu Picchu” de Los Jaivas, entre otros grandes títulos… y algunos (que no entiendo como hay gente que los considera pasables) como “Fome” de Los Tres (pero eso es otra historia).
Puede que Bello Barrio pase un poco desapercibido para el gran consumo, quizás la gente conozca más el álbum del mismo Redolés, “¿Quién Mató a Gaete?”, y posiblemente cualquier disco de Los Prisioneros, o Los Tres, o Los Jaivas o Violeta Parra sea puesto en los rankings de “Mejores discos de Chile” en un lugar más alto que Bello Barrio, pero no cabe duda que entre la escena más underground este trabajo es considerado una maravilla, y, para mí, el underground siempre ha sido más interesante.
Pero ¿saben?, me siento afortunado de que este disco no haya sido destrozado por las grandes masas, que no haya llegado al mainstream que muchas veces deforma a los artistas hasta convertirlos en simples máquinas de generar dinero… o peor, que se haya tergiversado el mensaje del disco con la intención de hacerlo más “comercial” o “easy-listening”.
Al fin y al cabo, esta es una joya a la cual puedo recurrir cuando yo quiera; y generar una relación especial con este material, donde siento que escucho a alguien que me escucha. Posiblemente hay cosas que es mejor que se queden en el underground antes de que se corrompan, y así poder vivir, en carne propia esta “fragilidad peligrosa de corromperse”.
FUENTE (disco Bello Barrios de Mauricio Redolés): https://www.youtube.com/watch?v=8uE8wPo_FgQ
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(*) Luciano Alejandro Prelle Pino, nació un 19 de febrero de 2002 en Santiago, capital chilena. Actualmente tiene 19 años. Es músico desde los 11 años y escribe poesía desde los 9 años, influenciado especialmente por su madre.
Su interés por la música viene prácticamente desde que nació, debido a que en su casa se escuchaba principalmente música clásica, rock latino y The Beatles, música con la cual se crió. A los 10 años aprende a tocar flauta dulce y a leer música, aficionándose a la interpretación musical e intentando componer sus primeras canciones. Un año después aprendería a tocar guitarra de manera autodidacta, interpretando canciones de The Beatles. Sin embargo, su vida musical cambiaría debido al descubrimiento del rock alternativo, del cual se hizo fanático, especialmente de bandas como Soundgarden. A los 15 años formaría el grupo musical Lavander, el cual duró 3 años. Actualmente, el grupo evolucionó a Sea College. Es autor y compositor de más de 100 canciones, donde destaca su compromiso con lo social y la reflexión existencial.