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NIP 18/04/21 (CDMX). Ya en la recta final de abril con todo y errores (de autoridades de salud), el sentimiento que prevalece en la población inmunizada/vacunada, es de gratitud. Lo cual no es extraño en plena pandemia letal y global. Todos en general y aún más las personas de la tercera edad, transitamos con la sensación de estar en medio de una ruleta rusa (entre la vida o la muerte) con caótica e incomprensible regularidad.
Una mayoría significativa, tuvimos familiares, compañeros, amigos y conocidos que fueron absorbidos por la tragedia, vivimos con la sensación de que solo es cuestión de tiempo para que el virus toque nuestra puerta. Por tanto es obvio que la inmunización genera satisfacción y agradecimiento. Pareciera que de un toque mágico se disuelve congoja y horror que transitamos meses atrás (y que continua en segmentos de población menor).
Quizás este, entre otros factores -importantes- aumente aún más, la popularidad del presidente Andrés Manuel López Obrador, de cara a las elecciones del 6 de junio en México. Es decir, a pesar de la actual polarización y que la oposición no cambiará, incluido quienes perdieron privilegios. Considero que la convicción de los más de 30 millones de ciudadanos (que llevaron al poder al Movimiento de Regeneración Nacional), se incrementará y arrastrará a sectores que quizás antes no habían votado por López Obrador. Por lo tanto –creo- la vacunación masiva, sí reflejará un efecto multiplicador.
En las campañas actuales, van surgiendo con intensidad mensajes agresivos, guerra sucia, fake news, que continuaran enlodando el ambiente político. Sin embargo, si vemos sin prejuicios, la realidad delante de nosotros es diversa, tiene luces, sombras y un cromatismo inmenso, aunque convivan en medio de una brutal desigualdad y pobreza (caída PIB del 8.2 por ciento). Por cierto, las políticas económicas fueron insuficientes para frenar el desempleo y la pérdida de ingresos de la población más frágil, y el sector informal.
Por otro lado, -en relación al total- existieron muy pocos gandallas (abusivos y de malas intenciones) que se vacunaron indebidamente, saltándose la fila, los cuales al ser exhibidos generaron un repudio social, incluido la del presidente quien en su momento afirmó “Nada de que yo tengo más dinero y quiero la vacuna, nada de que yo tengo influencias políticas y me voy a vacunar primero. ¡No! No es el dinero ni la influencia política lo que vale, nada más es cosa de esperar el turno cuando nos toque, nos corresponda y ya. Yo mismo estoy esperando” destacó.
Finalmente, tal actitud, refuerza el predicar con el ejemplo ya que la jefe del gobierno de la ciudad y gran parte del gabinete federal (civil y militar) se infectó de Covid 19, incluido el propio presidente. Cuando por su investidura nacional pudo haberse vacunado desde diciembre.
(*) periodista (EPCSG) y economista (UAM-A)
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