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NIP (04/06/20) CDMX. Hace días observé un sesgo recurrente en noticias sobre México por parte de (algunos) medios europeos. La forma de conducción y estrategias sanitarias adoptadas por el país son señaladas como anacrónicas y con cierto desdén. Pareciese que las acciones que tomó el gobierno desde la primera semana de enero y que consideró contexto e idiosincrasia (entre otras variables endógenas) va en contra, de la lógica occidental que representan.
Semanas atrás, otros medios tradicionales y dos extranjeros arremetieron el mismo día (8/05), dando la impresión de una coordinación impecable. En este contexto, la oposición continúa intensificando y articulando mensajes hacia el exterior. Objetivo, mostrar a una nación inconforme y caótica que exige la renuncia del presidente acusándolo de “violento dictador comunista”.
Para quienes observamos el poder político en plenitud los últimos siete sexenios desde José López Portillo (1976-82) y realizamos contrastes, porque vivimos hechos y consecuencias de ellos, lo anterior es una exageración, impulsado por sectores e intereses notoriamente afectados.
A fines de enero –recuerdo- se comunicaron medidas contra la pandemia ante su inexorable impacto, letalidad y escasez económica por venir, además de pasos a seguir. Posteriormente se informó sobre escenarios, fases, confinamiento y la adquisición de materiales de salud entre otros.
La conducción contra el Covid 19 desde un inicio estuvo a cargo de especialistas, científicos e investigadores de alto nivel, y algunos con experiencia en H1N1 (2009), Así pasaron semanas, meses y se radicalizó la estrategia (Centinela/Mitigación). Y sí, existieron fallas, pero rectificables, la intención del Gobierno Federal era proteger los derechos humanos (No uso de la fuerza pública) en todas las fases de acuerdo al presidente Andrés Manuel López Obrador. Al respecto, el mes pasado el secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela, en la 73 Asamblea Mundial de la Salud, precisó que, México respeta los derechos humanos y de circulación entre otros, lo cual permitió tener una respuesta cercana a la gente.
Por otro lado, la pandemia profundizó anomias sociales como la doble moral, simulación, hipocresía y cinismo. Ejemplo, mientras millonarios empresarios exigen que el Gobierno los rescate y rebaje impuestos, nunca mencionan que a la vez son grandes deudores al fisco y que esconden evidentes intenciones políticas.
Similar efecto (excesiva animadversión) se refleja en periodistas y medios (no todos), que fueron beneficiarios en sexenios pasados. Existe pues, un discurso apriori que sintetiza sesgos encubiertos y se resume en que “haga lo que haga el Gobierno de la 4T está mal”.
También, se evidencia el malestar de algunos grupos de intelectuales que siempre habían estado cerca de presidentes anteriores y, ahora, que se quedaron sin manto protector (privilegios del poder) se encuentran descontrolados, organizando mesas y tertulias aquí y allá, marcadas por críticas obsesivas y sospechosa sincronía.
Actualmente en las marchas anti lópezobradoristas, no solo se busca la dimisión anticipada de un Presidente legítimo que ganó ampliamente una elección y que intenta cambiar las reglas de la política nacional, sino que la oposición le apuesta a que la crisis sanitaria sea catastrófica con más contagios y fallecimientos, así las cosas los ataques se trasladan ahora a la opacidad del mundo virtual (bots, fake news, etc).
Así pues, de acuerdo a las autoridades de salud, esta primera semana de junio nos encontramos en el cenit de contagios y víctimas fatales, es decir semáforo rojo en toda la República, aunque la ocupación de los hospitales Covid, todavía no está saturada.
Nuestra sociedad vive una crispación por dos visiones opuestas: la de la 4T contra la del conservadurismo (poderes fácticos). Un gobierno del presidente López Obrador que prioriza a los más necesitados (pobres) tan ignorados en sexenios pasados, este régimen ejerce austeridad, y no endeudamiento e intenta cambiar las cosas con una distribución de recursos más justa.
Hace unos días se viralizó el video de Giovanni López fallecido tras ser arrestado violentamente por policías municipales (por no llevar cubrebocas), en el estado de Jalisco. Situación que está generando marchas, vandalismos y agresiones. En este sentido, el gobernador de Jalisco Enrique Alfaro pidió al presidente que controle a su partido ya que los hechos violentos -según Alfaro- fueron orquestados desde los sótanos del poder en Ciudad de México. Acusación directa que el presidente respondió en su conferencia mañanera, invitándolo a que presente pruebas y no esconder la mano, es decir el gobernador debe asumir sus actos y responsabilidad.
Finalmente, considero sano criticar políticas públicas, generando alternativas, pero no, la violencia que se intenta filtrar (mezclada de descalificación, manipulación y desinformación). Aquí la pregunta sería ¿quién se beneficia con la inestabilidad para generar odios y polarización por todos los medios y a cualquier precio?
(*) periodista (EPCSG) y economista (UAM-A)
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