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Cuando el 30 de Enero dos turistas Chinos que alojaban en el Hotel Palatino de Roma con una comitiva, fueron encontrados enfermos de Coronavirus y inmediatamente trasladados al reparto especializado de infectología del Hospital Spallanzani , nadie iba a pensar que el hecho hubiera marcado el comienzo de la actual guerra bacteriológica que ha embestido Italia transformándola en el segundo país del mundo con más afectado por el COVID19 y el primero -hasta el momento- en número de muertos .
Más allá del “paso de tortuga” con que las autoridades Italianas han reaccionado los primeros días ante este virus, con una actuación de medidas demasiado lentas o “pensadas” entre el Estado y las Regiones, lo que ha sorprendido es la substancial inacción (y hasta bloqueo a la fronteras de insumos médicos regularmente comprado por Italia) por mucho tiempo de la Unión Europea al enfrentar lo que luego se ha transformado en una pandemia mundial. Con una situación trágica y un sistema sanitario italiano al borde del colapso.
La Presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, el 12 de Marzo declaró que su entidad no se ocupa de salvaguardar el “spread” (diferencial entre el bond/bono Alemán y lo de otros países) provocando el disparo del numero italiano a 320, con una caída de la Bolsa de Milán del 17% y un daño a la economía italiana de 80.000 millones de Euros. Tras luego pedir “disculpas” por el “error” cometido y decidir un financiamiento de 750 mil millones de Euros para ayudar los Países UE, donde los números del contagio empezaron a ser exponenciales.
Hace unos días y bajo la intervención de la Presidenta de la Unión Europea Úrsula von der Leyen, se ha declarado la suspensión de la medida del Pacto de Estabilidad, brindando a los países UE la posibilidad de gastos extraordinarios para contrastar la pandemia en curso .
Se calcula que el daño a la economía italiana hecho por la tragedia del COVID19 pueda ser evaluado el 640mil millones de Euros, una suma colosal. Por esta razón 9 Países de la UE han pedido la implementación del Eurobond (Eurobono) que, uniendo varios títulos de Estado de los países de la UE permitiría una integración más profunda de las economías y una voluntad hondamente Europeísta, una Unión que parece muy lejos de lograr una Europa de los Pueblos, tal como era el sueño de un grupo de exiliados por el fascismo liderados por Altiero Spinelli que en el 1943 crearon el “Manifiesto de Ventotene”, considerado el documento que inspiró la creación de la actual UE . Sin embargo, Alemania, Holanda y Finlandia se opusieron a esta medida proponiendo el mismo préstamo otorgado a Grecia y confundiendo una pandemia con una crisis debida a mal manejo financiero. De tal manera que, el camino hacia el ideal perseguido por los intelectuales recluidos en la Isla de Ventotene, en relación al Bien Común –aún en la tragedia del Coronavirus- todavía es largo y difícil.
(*) Periodista (Italia)
Contacto: elcondeguido@gmail.com
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