CDMX/Press (NIP 29/12/19). Fin de año y se cumplen 13 meses de la gestión presidencial de Andrés Manuel López Obrador. Su figura pública después de varias décadas en la oposición se convirtió en máxima autoridad federal, sí con altibajos pero con indiscutible fortaleza y presencia mediática sustentado por amplia aceptación ciudadana que (entre 70 y 78 % según encuestas) lo consideran honesto, cercano y con liderazgo, es decir millones de mexicanos observan que por primera vez en muchos años un presidente de la República los voltea a ver, se refiere a ellos y les habla en términos que entienden.
Obviamente la conducción del país está siendo evaluada y criticada (a veces en exceso) por sus más acérrimos adversarios, que no logran establecer un coherente contrapeso (señalados además por la frase: No tienen autoridad moral, después de lo que hicieron).
Otro de los aspectos que valoriza la población (que lo llevó al triunfo con más de 30 millones de votos) es, su transparencia en las conferencias mañaneras (274 este año, récord internacional), ademas de discurso y carácter para no dejarse manipular por nadie, es decir defiende su proyecto de nación (4T) construido en décadas.
En claros oscuros de su gobierno, los temas a deber son: Por un lado la inseguridad y violencia (Ej. Sinaloa) y por otro, la reactivación de la economía.
Los sectores que destacaron por su protagonismo e impacto fueron la Unidad de Inteligencia Financiera, Cancillería y el combate a la corrupción. Con todo, los números positivos pueden empezar a disminuir y con ellos el respeto internacional y lo más importante: la fe que millones de mexicanos depositaron en el Presidente.
Sin embargo, su austeridad personal y eliminación del lujo que contrastan con el dispendio y voracidad de gobiernos anteriores (PRI y PAN), se pueden fracturar por algunos de sus colaboradores quienes siguen inercias pasadas y otros que, son cuestionados por su pasado (Ej. Manuel Bartlett). Quizá aquí habría que considerar que ninguna intención de transformación tendrá éxito mientras se aplique (sospecha incluida) la máxima Juarista “A los amigos, justicia y gracia; a los enemigos, ley a secas”.
En otro aspecto, su estilo personal de gobernar impactó el mundo político, un estilo consecuente y honesto pero que todavía no está consolidado en prácticas, institucionales.
También cabe destacar la detención de Genaro García Luna que independientemente de los intereses de EEUU, fue un funcionario público que ejerció en dos sexenios, poder absoluto al frente de Organismos de Seguridad Nacional, curiosamente hoy se le acusa de haber estado en la nómina del Cártel de Sinaloa (situación gravísima) que involucra a sus dos jefes (Ex presidentes).
Además en ese tiempo Secretarios de Estado, titulares de la DEA, el FBI, la CIA, la ATF y ICE exaltaron y condecoraron a García Luna. Y claro, el gobierno (PRI y PAN) hizo caso omiso de insistentes versiones y denuncias sobre sus nexos con el narcotráfico.
En otro tenor, la situación geopolítica e histórica de México es compleja y ríspida con el vecino del Norte (recordemos la invasión de Estados Unidos en dos ocasiones, además de Francia y España). En los eventos mundiales, México fue adquiriendo experiencia en pugnas incluso en su participación en la Segunda Guerra Mundial, lo cual consolidó una política de Relaciones Exteriores (Doctrina Estrada) brillante.
Finalmente, el fracaso de la forma de enfrentar al narcotráfico de anteriores sexenios, está trayendo consecuencias que exhibirán en 2020 a involucrados de primer nivel. Así pues, corrupción e impunidad paradójicamente se fueron convirtiendo en otra fuente de legitimación del actual gobierno. También se espera una reactivación de la demanda efectiva y beneficios del T-MEC, recientemente firmado en Palacio Nacional.
¡Felices Fiestas de fin de año para todos!
(*) Periodista (EPCSG) y economista (UAM-Azcapotzalco)
PRI. Partido Revolucionario Institucional
PAN. Partido de Acción Nacional