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NIP 11/03/19 (10:00). A las 10 horas inició en el patio central del Palacio Nacional el mensaje/informe del Presidente Andrés Manuel López Obrador en ocasión de sus primeros cien días de gobierno.
Ante 500 invitados de varios sectores, legisladores y gobernadores entre otros, el jefe de Estado explicó los pormenores de su gestión: En materia económica, aseguró que en 100 días el peso ha ganado valor frente al dólar en 4 por ciento.
Sobre la nueva austeridad dijo que el plan de su gobierno permitirá liberar fondos para la inversión por 200 mil millones de pesos y se contarán con una bolsa adicional de 700 mil millones de pesos en el presente año, por lo que no habrá necesidad de alterar los equilibrios macroeconómicos.
En relación a Estados Unidos aseguró que el trato ha sido cordial y que “no usamos un lenguaje acusatorio o ríspido, sino diplomacia o comunicación permanente“. También indicó “no estamos a favor del uso de la fuerza para contener la migración en general“.
En el caso Ayotzinapa el mandatario reiteró su compromiso para que, con la Comisión de la Verdad, se esclarezca lo sucedido con los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural, desaparecidos en septiembre de 2014.
En este breve periodo se aprobaron tres reformas constitucionales importantes: ley de extinción de dominio; modificación al Artículo 19 constitucional para tipificar como delitos graves corrupción y sin derecho a fianza el robo de combustible y fraude electoral; así como la aprobación de la Guardia Nacional en el Congreso, entre otros de vital importancia para el país. Así, dicho acto oficial terminó cerca del mediodía.
En tal contexto, en los últimos días la mayoría de medios de la capital y del país en artículos de análisis, reflexionaron sobre el gobierno (aciertos y errores) de AMLO, y su estilo político.
Al respecto, Hernán Gómez Bruera (El Universal) en su columna enlistó 30 logros de los primeros cien días del gobierno, algunos son:
-La política social adquirió una prioridad sin precedentes, se liberaron más recursos para programas sociales.
-Se duplicó la pensión universal para adultos mayores y se avanza hacia su generalización.
-Oportunidades para los jóvenes como grupo prioritario objeto de una política pública.
-Un cambio cultural donde la corrupción y la impunidad han adquirido un mayor nivel de sanción social.
-Desapareció la pensión que recibían los expresidentes; se redujeron los sueldos altos funcionarios y otros privilegios, en general entró en vigencia un plan de austeridad riguroso.
-Apertura de expedientes sobre persecuciones políticas del pasado.
-Una política de comunicación más abierta. Conferencias mañaneras que representan un ejercicio republicano y democrático inédito.
-Recorte del 50 % a la publicidad oficial que reduce interferencias en el mercado de la comunicación, además de una clase política más cercana a los sectores populares y a la clase media, entre otros.
Por su parte, Jorge Zepeda Patterson (El País/Sin Embargo) destaca: Vivimos tiempos de polarización pero con abrumador respaldo al presidente (80 % de popularidad) y es que México necesitaba un cambio urgente por los niveles de corrupción y la inseguridad pública que padecemos, no podíamos seguir transitando por esa ruta. La ineptitud de los gobiernos panistas y la frivolidad y saqueo mostrado por los priistas, amenazaba con llevarnos a la violencia social y a un Estado fallido. Mucho de lo que está proponiendo López Obrador intenta enderezar el camino o al menos buscar otras vías para resolver nuestros problemas. Mirar hacia los que tienen menos no solo era éticamente imprescindible sino social y políticamente impostergable.
Sin embargo, lo anterior no significa que tengamos que estar de acuerdo con todas sus ideas, expresiones y actitudes. Nadie es perfecto, y ciertamente tampoco lo es alguien que ha recibido tal retahíla de golpes, mezquindades y zancadillas de la política a lo largo de tantos años como opositor del sistema. Me parecen desafortunados sus denuestos a la prensa fifí, el tono irónico o burlón con el que descalifica a lo que considera sus enemigos, y sus embestidas indiscriminadas a todo lo que sea neoliberal o provenga del pasado inmediato.
También el columnista Martin Moreno (Sin Embargo) argumentó su crítica en que: La economía nada sabe de encuestas de popularidad y que esta se mide bajo parámetros más profundos.
A los inversionistas y capitales solamente les interesa una condición: la certidumbre a su inversión. Y esa – en opinión del periodista-, no la está generando el gobierno de López Obrador. Fue un error no asistir al Foro Económico Mundial de Davos, error mayúsculo, porque perdió una oportunidad de oro para enviar al mundo el mensaje de estabilidad y que en México, ahora sí se combatirá la corrupción, y por lo tanto será un país confiable para invertir.
Finalmente, Christopher Sherman y Mark Stevenson (Chicago Tribune, EEUU) remarcan que: Los cien primeros días de López Obrador como Presidente han mezclado un abandono compulsivo de los compromisos del cargo con una sorprendente variedad de iniciativas políticas, y una serie de pasos en falso que no han mermado su elevado índice de aprobación.
Sin lugar a dudas, la polarización en estos tiempos se divide entre liberales y conservadores (o fifís y chairos) pero más allá de adjetivos, odios y amores, debe quedarnos claro que no existe plan B, no hay margen a graves errores, ya que después de la biopsia social -anomias incluidas- como país transitamos por funestos caminos, minados por anteriores gestiones.
(*) Periodista (EPCSG) y economista (UAM-A)
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