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A finales de los ochenta conocí varios estados del sur, eran notorios los contrastes de sus ciudades con el centro (capital), sobre todo en poblaciones fronterizas con Centroamérica, una zona de conflictos, migraciones y guerras internas. A inicios de los noventa la hegemonía y aplicación neoliberal de Carlos Salinas de Gortari era tan severo que el Tratado de Libre Comercio (en un ambiente de privatización y creciente violencia), generó aún más desigualdad e inequidad económica, además de varios errores posteriores que resultaron impunes.
Desaciertos (matizados y alentados por medios sumisos) que reflejaron -cuarto de siglo después- consecuencias y magnitudes evidentes. Punto de inflexión que cerca del nuevo milenio polarizaron –aún más- la nación, a la par que siguió aumentando: pobreza, desempleo y efectos del crimen organizado, entre otras anomias.
En tal contexto en Chiapas surgió la guerrilla del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, el mismo día que inició el TLC (01/1994), poco después asesinaron al candidato presidencial Colosio (03/94), también estallaron movimientos universitarios y luego Tabasco irrumpió en el escenario nacional (1996) con bloqueos y toma de pozos petroleros encabezados precisamente por el hoy presidente López obrador.
Mientras el país continuaba con gobiernos que aplicaban un férreo e inexorable neoliberalismo (política económica), cinco sexenios –después- incluidos dos de supuesta alternancia nos llevaron al borde del abismo. En este sentido, se generó un ambiente de rabia y coraje que fue subiendo de nivel, hasta otorgar este 1 de julio, un 53 por ciento de votos a Andrés Manuel López Obrador, un obstinado luchador social (para muchos un animal político) que hizo de la necedad y congruencia de su discurso. Su fortaleza.
En el recorrido de la izquierda desde los años ochenta he sido testigo de la resiliencia de algunos líderes, de otros que perdieron rumbo/objetivos y otros más que quedaron en el camino (fallecieron), hasta que AMLO y su persistencia (2006, 2012 y 2018) logró llegar.
Hace una década, en varios artículos me preguntaba ¿cuál sería el límite para que la sociedad reaccione ante la injusticia, desempleo, corrupción y violencia que atravesábamos?. Vinieron luchas, reclamos, concientización y participación en cuanto foro se pudo abordar (físico y virtual). En el recuento de hechos –ahora- creo que el país tuvo que atravesar tales circunstancias nefastas porque, al final la reacción por un cambio fue –literal- un tsunami político.
Días atrás (1/12/2018), finalmente López Obrador juró como Presidente del Ejecutivo y en su primer mensaje, ante la Cámara de Diputados mencionó la búsqueda de la 4ta. Transformación o cambio de régimen donde priorizará políticas anti neoliberales, combate a la corrupción, inclusión y austeridad para buscar equidad social. Horas después en el Zócalo ante más de 150 mil ciudadanos explicó y amplió su proyecto de nación, en ocasión que los pueblos originarios (con ritos prehispánicos) le concedieron el bastón de mando. Hoy transitamos terrenos insólitos e inéditos en varios aspectos, incluidos enfrentamientos y tratamientos respecto a símbolos del poder (Ejm: Apertura total de la residencia presidencial Los Pinos).
En el país se siguen sucediendo acciones y repercusiones históricas, estos días (por un tema de austeridad) el poder Ejecutivo se encuentra enfrentado al Judicial bajo la figura de que ningún funcionario público puede ganar más que el presidente. Este conflicto exhibió sin tapujos la codicia, privilegios y sueldos desmedidos de una burocracia dorada e intocable llamada Corte Suprema de Justicia.
Registrar los hechos de éstas y otras dinámicas, aparte de satisfacción personal, es palpitar nuevos tiempos de esperanza, de tiempos mejores, aunque este sexenio 2018-2024 solo sirva como un punto de partida para abrir senderos de bien común e interés nacional (ya que no existe plan B) por otro lado, forjar un líder consecuente y recio demora décadas. Finalmente lo dijo el mismo presidente “no tiene derecho a fallar”, más vale que así sea, por el bien de México.
(*) Periodista/economista
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