(Por su actualidad reproducimos el siguiente texto escrito en el tramo final del sexenio del Pdte. Vicente Fox). SaladePrensa/InteresPublico
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En corto tiempo, Carlos Slim ha dejado el quinto lugar mundial en acumulación de riqueza, entre los hombres más ricos y poderosos del planeta, para ubicarse en el tercer sitio, a casi nada del primero y segundo. Los mexicanos deberíamos (¿?) estar orgullosos de que el nombre de un compatriota trascienda a estos niveles (Forbes). Ya quisieran los jeques árabes estar en su lugar, tan solo teniendo a Warren Buffett y Bill Gates por delante, casi se lleva la medalla de oro, de hecho ya se encuentra en el pódium de honor, pero no hay que desanimarse, porque estamos seguros que el gran magnate mexicano hará lo imposible y no se detendrá ante obstáculos (seudo límites) del actual gobierno para lograr su objetivo.
Aún por encima de la miseria que sufren habitantes del centro y sur de la república mexicana, en estados como Guerrero, Oaxaca y Chiapas donde con la extrema pobreza apenas alcanza para tortillas, donde hay carencias de salubridad básicas para la sobrevivencia de cualquier persona y en donde ni todo el dinero de Slim podría comprar la ignorancia de la gente y los terribles estragos que ésta ocasiona. El futuro para ellos no es claro y no es imaginable, es mas no hay futuro.
Los sectores vulnerables continuaran siendo cruelmente impactados, seguirán ocurriendo con más intensidad muertes infantiles y de mujeres todos empujados por el círculo vicioso de la pobreza. Además del crimen organizado que peligrosamente va creciendo, de la educación ni hablar, de plano esa no existe. Carlos Slim seguirá adquiriendo empresas, aumentando capitales, acumulando monopolios, con privilegios excesivos y protección del sistema.
Continuaran sus reuniones con mandatarios, líderes y políticos importantes ganando cada vez más territorio en su espacio vital y succionando de una economía complaciente, al fin y al cabo “nosotros como sociedad consumidora hemos creado personajes como él”.
En esta lógica, concluimos que la prospectiva de México en los próximos sexenios seguramente profundizará desigualdades sociales y económicas.
(*) Comunicadora social
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