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A un mes y medio de la elección presidencial, los intereses económicos y sistémicos se muestran con mayor nitidez y su arrojo subirá aún más, ¿la razón? es demasiado lo que está en juego.
Desde el ¿qué hacer? ante predecibles estrategias que aproximan nubarrones políticos, además de nuevas cartas baja la manga (acuerdos, renuncias y giros de timón) que intentarán arrasar a la sociedad o influir en percepciones para después operar vía autoridad electoral, hasta el “no puedo creer tanta insatisfacción e ira acumulada” (sic). La polarización y maniqueísmo diario, sube de intensidad. (Las expresiones anteriores fueron tomadas de redes sociales y demuestran el estado de ánimo actual).
Por otro lado, las campañas políticas se van centrando en descalificación y acusación de los contendientes sin hacer –en general- propuestas verosímiles. Los discursos se concentran en el miedo y ataques conocidos ( elecciones anteriores 2006, 2012). Sin embargo, el escenario es distinto ya que la irrupción de la tecnología virtual para expresarse y llegar a públicos masivos ha cambiado el matiz de la contienda (a pesar de sesgos, bots y fake news, entre otros).
¿Cómo se derrocha el dinero en medio de esta grandilocuencia política? A manos llenas con cifras insultantes para un México oculto al exterior, un país con escándalos de corrupción, impunidad, reformas impopulares, desigualdad y estancamiento económico (pobreza, desempleo, y endeudamiento). Todos en contexto de violencia extrema entre el fuego cruzado del crimen organizado y Ejército.
Cinco candidatos compiten en las elecciones del 1 de julio, Andrés Manuel López Obrador que plantea en su discurso (antisistema) austeridad, cambio frontal, pacificación y equidad, aunque algunos analistas destacan como característica personal la ambigüedad. Ricardo Anaya un joven y ambicioso político que construyó su candidatura con rasgos constantes de traición, simulación, engaño y deslealtad. Obviamente representa la continuidad del sistema neoliberal y la beligerancia armada.
José Antonio Meade una rara simbiosis (PRI-AN), que no es militante priista pero lo representa, trae a cuestas el lastre del partido y la impopularidad del actual presidente. Y los dos independientes, evidenciados por la trampa al conseguir firmas falsas. Situación insólita y avalada por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Con claros fines distintos a la carrera presidencial. En el caso de Margarita Zavala (esposa del expresidente Felipe Calderón) su objetivo es la creación de una nueva opción política o partido junto a su esposo. El caso de Jaime Rodríguez Calderón, registrado a última hora a pesar de un cúmulo de ilegalidades evidencia anomalías. Ni hablar de sus acciones y resultados, además de la pérdida de credibilidad.
En este escenario pasó el primer debate y continúan invitando a otros moderadores para los siguientes, llama la atención que no consideren a una de las mejores periodistas del país Carmen Aristegui Flores.
Pareciese que el sistema fáctico la quiere fuera y derrotada antes de que termine esta administración, no vaya a ser que después de julio existan cambios.
Actualmente Aristegui, esta demandada por emitir una opinión y se le exige un pago exorbitante por haber escrito lo que pensaba en el prólogo del libro “La casa blanca de Peña Nieto” de Daniel Lizárraga y equipo.
La periodista ya ganó una instancia, pero los abogados apelaron ahora al Tribunal y continúa el litigio, su resultado está próximo. Darle la razón en este contexto a MVS, sería gravísimo, porque opinar estaría económicamente condicionado, en consecuencia se limitaría aún más a la libertad de expresión. Mientras el gremio periodístico continua siendo victimizado van 134 ejecutados en década y media.
Finalmente, considero que hay que recuperar elementales conceptos de economía (distribución equitativa) y política básicas, de bien común e interés nacional, además del sentido común y otredad necesarias para no perderse en discursos sesgados o melosos. Sugiero informarse, escuchar y analizar debates televisados de las últimas dos elecciones para contrastar y sacar conclusiones. Los nubarrones se vienen con muchas sorpresas todavía.
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(*) Periodista y economista