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Hoy 26 de enero será recordado como un día de definiciones profundas para México, la intensidad y contundencia de las declaraciones oficiales (del presidente de Estados Unidos y de México) sorprendió a muchos. Y es que el desarrollo de las mismas (en poco tiempo) dejo atónitos a varios analistas que iniciaban participación en noticieros matutinos y a sus auditorios.
Se comentaba las negociones herméticas de alto nivel en Washington, (entre ambos países) preparando la visita próxima de Enrique Peña Nieto a Donald Trump. Los encargados Luis Videgaray, Secretario de Relaciones Exteriores e Ildefonso Guajardo, Secretario de Economía, en tono conciliador (antes se había oficializado la construcción del muro) preparaban terreno y posibles acuerdos.
De pronto el mensaje virtual de Trump: “Si México se niega a pagar el muro, es mejor cancelar la reunión”. Afirmación clara y contundente que quiere decir que, si Enrique Peña Nieto va ahora a Estados Unidos, implícitamente estaría aceptando que México pagará el muro. Poco tiempo después la respuesta de Peña Nieto a través de otro mensaje virtual: “Esta mañana hemos informado a la Casa Blanca que no asistiré a la reunión de trabajo programada para el próximo martes con él”.
Este escenario dispara la tensión y abre una profunda crisis donde gobierno y diplomacia nuevamente quedan expuestos y rebasados. Antes varios sectores políticos y sociales se habían manifestado que por “dignidad y sentido común” no se debería asistir a dicha reunión. En las próximas horas o días seguramente conoceremos la supervivencia del Tratado de Libre Comercio que sin duda afectará al país, porque en la aplicación de políticas neoliberales, no contempló, ningún plan B.
Mientras el peso mexicano, sigue perdiendo valor y los efectos del “gasolinazo” continúan y continuaran. Definitivamente días aciagos y de definiciones, los que atravesamos.
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